El local de la señora Carla Romero, en el mercado Argüelles es de los más visitados ya que cuenta con diversos diseños en vestidos y trajes para la figura del Niñito Dios.
Comer tamales, vestir y levantar el Niño Dios, es una tradición que se realiza cada 2 de febrero en los hogares católicos de muchos de los victorenses. El ritual de vestir al Niño Jesús se ha convertido en todo un arte, siempre y cuando se haga con el debido respeto, manifiesta la iglesia católica.
Durante el 2 febrero la mayoría de las personas acostumbran a realizar el «levantamiento del Niño Jesús», otros lo hacen por adelantado el Día de Reyes, sin embargo la tradición de convivir y el disfrutar de los tamales han seguido presentes entre los mexicanos.
Cada año en vísperas del Día de la Candelaria, los victorenses recorren el mercado Argüelles en busca del ropón con el que se vestirá al Niño Jesús durante la levantada.
En un recorrido por el mercado la señora Carla Romero mostró dentro de su local los diversos diseños en vestidos y trajes para la figura del Niñito Dios en varios colores y tamaños.
En su establecimiento marcado con el número 47 ha vendido decenas de ropones traídos desde la Ciudad de México y otras partes de la República y aunque en la actualidad está de moda vestir al Niño Dios como los santos de la iglesia, tal es el caso del traje de San Judas Tadeo, la mayoría elige el estilo tradicional, que consta del vestido, zapatitos de tela y el gorro, detalló Romero.
En su sentido religioso es la fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria, que es la virgen María la cual al cumplir los cuarenta días de dar a luz, acompañada por José su esposo fueron a presentar al niño Jesús al templo, pero también hace recordatorio que Cristo es Luz de las naciones por eso el nombre “Candela” que en latín, significa luz, explicó Rosa Emma Don, perteneciente a la congregación de las hermanas misioneras y servidoras de la palabra.
¿Por qué comemos tamales en el Día de la Candelaria?
La hermana Rosa de la Congregación Religiosa del Inmaculado Corazón de María en Ciudad Victoria, explicó que con el tiempo surgió una mezcla de las tradiciones católicas con las prehispánicas, en la que el platillo principal son los tamales en hoja de maíz.
Así que entre el rezo del rosario, vestir al niño y comer tamales se formó lo que hoy está una fiesta considerada como una de las más importantes para los mexicanos.
“Para nuestra familia todo comienza el seis de enero cuando partimos la rosca, y esperamos hasta el día dos de febrero para levantar el Niño Dios, pero no todo el festejo debería centrarse en la tamaliza, en esta fecha se celebra el encuentro de Jesús es alegría
Respecto a vestir al Niño Jesús durante la ceremonia del “Levantamiento” señaló es preferible hacerlo de manera formal, como señal de respeto y no caer en las modas de vestir al Niño Dios como si fuera un juguete.
“Básicamente la costumbre aquí consiste en levantar al Niño Dios y se le viste con un atuendo diferente al del año pasado, solo que es aquí donde algunas personas quieren llevarlo de otra manera, en algunos casos se les respeta pero es mejor solo vestido normal, se le reza y después se hace una fiesta en cambio en el centro y sur de la República son más acendrados por la mezcla de las tradiciones indígenas y la católica”.
El día de ayer siguiendo la tradición de la iglesia católica, se llevaron a cabo misas en las parroquias de la zona centro de la ciudad, en las que dentro de la celebración, las personas presentaron al Niño Dios vestido para ser bendecido por el sacerdote y después se reunieron en procesión para realizar el rito de la luz.
“Esta es la celebración de la presentación de Jesús como luz del mundo, a los cuarenta días de haber nacido, como se acostumbraba en aquellos tiempos a presentar a los primogénitos, por eso la liturgia de la iglesia marca la asistencia de los fieles a las diversas parroquias católicas en procesión para bendecir las velas y las figuras representativas del Niño Jesús”, detalló.
