“El candidato, soy yo… ¡Yo mero!”

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Por Angel Virgen Alvarado

Si todos los 10 puntos que dio a conocer en su decálogo, el candidato del PRI-PVEM-PANAL, BALTAZAR HINOJOSA OCHOA revisten importancia, el 5o. punto fue sobresaliente:

“En Tamaulipas no hay nada que ocultar, somos gente de bien, no seremos un gobierno encubridor, nada más alejado de la verdad, si hay investigaciones abiertas contra personas que han tenido cargos o tareas políticas, vamos a colaborar plenamente con todas las instancias de impartición de justicia que así lo pidan en todos los procesos que estén llevando a cabo si los hay.

Trátese de quien se trate, que cada quien se haga responsable de sus actos como lo mandata la ley.

También lo digo muy claro: Vamos a reconocer cuando sean acusaciones sin sustento, no vamos a ser cómplices ni a participar en linchamientos mediáticos.

Que quede claro, lo digo con sus letras, que no se equivoquen:

El candidato de esta contienda, soy yo, yo mero, no soy TOMAS, no soy EUGENIO, no soy EGIDIO”-.

El público, priístas y simpatizantes que atiborraron el recinto Metropolitano en Tampico, de pie, aplaudieron con gran estruendo.

“Escúchenme bien ¡Ni mucho menos, no soy ni jamás seré FRANCISCO GARCIA CABEZA DE VACA!.

Yo soy el candidato.

Lo digo con la frente en alto.

Soy BALTAZAR. He sido siempre una gente de bien. Yo no tengo nada que ocultar ni tampoco cola que me pisen.

Yo no tengo anda que temer. Que quede claro, mi compromiso es y será siempre por el bien y la paz de Tamaulipas”-.

En la mente de todos los miles de Tamaulipecos que a través de la radio y la televisión escucharon las palabras del candidato a la gubernatura, se dibujó de inmediato el pensamiento:

“BALTAZAR se deslindó de TOMAS, EUGENIO y EGIDIO”.

“BALTAZAR quitó bandera a sus detractores”

El abanderado de la colación de partidos había iniciado diciendo:

“Han transcurrido 7 semanas de intensa campaña electoral, de una gran, gran intensa campaña.

En estos días he tenido la oportunidad de estar nuevamente con los tamaulipecos, en todos los rincones del Estado.

He escuchado sus anhelos e inquietudes.

Recogí sus demandas y escuché los deseos de que en nuestra tierra se retome el camino del bien.

A lo largo de este recorrido escuché en todas partes la exigencia de que aquí en Tamaulipas impere la ley y termine la impunidad.

Que regrese la seguridad y la prosperidad.

Me encontré con una sociedad agraviada y hasta cierto punto de vista, también molesta.

Una sociedad que desea un cambio profundo, pero con rumbo claro.

Una sociedad que quiere sanar las heridas provocadas por una torpe guerra cruel y sin sentido.

Una guerra (que) empezó el primero de diciembre de 2006, con el anuncio del presidente de la Republica, panista, que dijo que iba a iniciar una batalla contra el crimen organizado, que iba a costar mucho dinero, que iba a tardar mucho tiempo y que se iban a perder vidas humanas.

Hoy todo eso lo hemos confirmado: Fue una estrategia cara y mala.

Esa mala decisión ha tomado todavía un alto costo para Tamaulipas.

No obstante los esfuerzos realizados a la fecha y sobre todo validados aquí en el sur del Estado, hemos sido víctimas todos de una triste guerra, en la que hemos sufrido la pérdida dolorosa de muchos tamaulipecos.

En muchos lugares me platicaron del coraje y de la impotencia que siente de ver que a veces las cosas no mejoran o al escuchar que en Tamaulipas no se escuche la voz que diga “¡Ya basta!”.

Hoy yo les digo a los tamaulipecos: Es necesario, es urgente que aquí en donde vivimos con nuestros padres, con nuestros hijos, con nuestros amigos, con nuestras familias, en forma inmediata y sin pretextos se tomen medidas extraordinarias para definir y camino diferente con sentido y fones claros, para hacer de nuestro estado un lugar en donde podamos vivir.

Un lugar donde las autoridades brinden verdadera seguridad, certidumbre y confianza.

Por eso, durante estos días de campaña me he comprometido con todos, aunque las cosas se van a hacer bien, para mi esta campaña ha servido para establecer esta comunicación abierta y franca. Ese diálogo abierto y continuo que he sostenido con la gente, con toda la gente de Tamaulipas.

Para nosotros si, pero para los de enfrente la campaña ha sido un espacio para lo único que saben hacer:

Descalificar y difamar; engañar, calumniar, confundir y lo peor, mentirle a los tamaulipecos.

Hoy en esta etapa de campaña he tomado la decisión de hablar ante ustedes y ante los tamaulipecos para hacer algunas reflexiones, pero también para anunciar decisiones que he tomado, con base a las sugerencias, los justos reclamos y las propuestas de todo nuestro Estado.

Hoy, ante ustedes, asumo de frente a toda la sociedad, mi compromiso por el bien y la paz de todo Tamaulipas.

Para hacerlo posible presento ante ustedes un conjunto de diez líneas.

Es un decálogo que contiene mis compromisos, acciones puntuales para hacer posible el bien a nuestras familias y la paz que Tamaulipas necesita para vivir una nueva etapa de progreso.

Lo vamos a poner en marcha desde el primer día, sin pérdida de tiempo para que desde el primer momento tengamos un gobierno en que las cosas se hagan bien, un gobierno que esté a la altura de la exigencia ciudadana, de ser transparente.

Un gobierno que atienda y resuelva siempre las demandas de las mujeres y los hombres de Tamaulipas.

DECALOGO DE COMPROMISOS.

1.- En Tamaulipas se habla de frente y con la verdad; se acabó el “no pasa nada”.

2.- En Tamaulipas, habrá cero tolerancia a la delincuencia.

3.- En Tamaulipas, las carreteras son nuestras, en 60 días todos los tamaulipecos viajemos sin temor.

4.- En Tamaulipas decimos no a la corrupción y a la impunidad, revisión total a los servidores públicos.

5.- En Tamaulipas no hay nada que ocultar.

6.- En Tamaulipas se acabó la simulación.

7.- En Tamaulipas las cosas se hacen con gente de bien.

8.- En Tamaulipas habrá cuentas claras. Un gobierno transparente.

9.- Un Tamaulipas sin compadrazgos, sin proveedores, ni contratistas favoritos.

10.- En Tamaulipas nadie más se va, nos quedamos todos a trabajar y a progresar. Por el bien de Tamaulipas.

Definitivamente, el mensaje y el decálogo… No tiene desperdicio.

Por hoy, es todo.

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