Impunidad. . .

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Ya pasaron cerca de seis años de aquel escándalo en el Colegio de Bachilleres de Tamaulipas, casi 80 millones robados a la institución, esa es la palabra correcta aunque ellos, los saqueadores y sus cómplices, dicen que fue un fraude, mal manejo de fondos, pero es porque le buscan todo lo elegante para evitar que a sus amigos les digan lo que son, vulgares rateros.

Le hablo del fraude al COBAT en el sexenio de Eugenio Hernández Flores y que fue protegido por la gente del ex gobernador Egidio Torre Cantú, lo hicieron por una sencilla razón, uno de los consentidos, Toño Martínez Torres, estaba hasta las manitas en el asunto.

La verdad es que se llevaron el dinero de manera tan sencilla que hasta da pena pensar que el Director del Cobat en ese tiempo, Isaac Mata Vizcaíno, no se haya enterado de nada como lo pretendió hacer creer y como lo difundió la Procuraduría.

Llevarse el dinero destinado a mejorar la calidad educativa del Cobat fue fácil, lo saquearon inventando una nómina con 20 miembros a los cuales les pagaban sueldos y compensaciones bastante altas, la mantuvieron por un tiempo, el suficientes para sumar un robo cercano a los 80 millones de pesos y así le habrían seguido si no les piden la renuncia al cargo.

En aquel tiempo la impunidad era tanta que a los ladrones del Colegio de Bachilleres, aparentemente liderados desde la Secretaria General de Gobierno por su mismo titular, Antonio Martínez Torres y como cabeza visible de la misma en Isaac Mata, quien era director general del Cobat, les fue fácil robarse el dinero, solo se dedicaron a recoger las solicitudes de trabajo que tenían, de ahí tomaron 20 expedientes, los dieron de alta y les depositaban mediante una nómina de esas que se pagan vía electrónica, se quedaron con las tarjetas bancarias y las ordeñaban cada quincena y ya.

Lo que siguió fue una novela mal montada, la Procuraduría llamó a declarar a personal inocente, los acalambraron hasta el hostigamiento para que se quedaran callados de lo que sabían, luego decidieron acusar a una persona de apellido Robles, hacer actor intelectual y ejecutor a uno solo aunque la versión sonará torpe y falsa pero sabían a lo que se atenían, al inculpado lo desaparecieron, unos dicen que le dieron el suficiente dinero para que se fuera a Texas y le hicieron la promesa de que “nunca lo encontrarían” y ya, el caso es que del asunto no se supo más.

Por supuesto que el Colegio de Bachilleres de Tamaulipas sufrió por el saqueo, el engrosar la nómina con personajes fantasmas obligó a detener la contratación de personal que realmente se necesitaba, recortar compensaciones a quienes ahí laboraban y evitó pagar mejores sueldos a quienes los desquitaban, entre muchas cosas porque también hubo más daños.

Dicen, los que dicen saberlo todo, que en alguna ocasión mitad en serio mitad en broma se le cuestionó sobre el paradero del dinero a Isaac Mata y que por respuesta obtuvieron un, “ni que yo me haya mandado solo”.

Obvio es, con lo que se descubrió en el Cobat hay elementos suficientes para investigar donde han despachado como titulares los amigos de Antonio Martínez Torres, hay que buscar si hay aviadores, contrataciones ficticias, a donde va a parar ese dinero, digo, ya ve que era tan mal administrador o tan inocente que ni cuenta se dio de cómo se robaron el dinero.

No, no es acusación, solo es para evitar que otros les hayan hecho lo mismo porque es probable que el inocente Isaac y el inocente Toño Martínez Torres no se dieran cuenta que se les escapaba el dinero a borbotones, que los agandallaban, que los chamaquearon, digo, si a la Procuraduría, que al parecer no quería tocarlos ni con el pétalo de un citatorio, le dijeron eso y les creyeron, pues eso debe ser.

A qué viene todo esto, pues a que acaba de aterrizar en el Cobat, Pablo Cantú Hinojosa como Director General, se ve que tendrá muchas cosas que hacer, la principal, urgir a la Procuraduría a que persiga a los culpables de ese robo y los obligue a regresar el dinero, de preferencia con intereses para que se puedan hacer mejores cosas.

Otras más será darle prestigio a una institución que hoy por hoy se conoce más por la grilla que en ella priva, por una presunta rifa fraudulenta y por el saqueo del que le doy cuenta, que por logros académicos o triunfos de sus alumnos o maestros en diferentes disciplinas.

Cantú Hinojosa puede lograr lo que no quisieron hacer el sexenio pasado, llegar al fondo del asunto, descubrir si hay más saqueo, acusar, y lograr que el dinero retorne a las arcas de la dependencia a su cargo para ejercerlo de buena manera.

Han pasado seis años, el gobernador que se fue poco interés tuvo en aclarar lo ocurrido con ese dinero porque de una u otra manera tenía en Martínez Torres a un asesor de cabecera y quien corría peligro era uno de los amigos más íntimos del mismo, Isaac Mata.

Pero todavía hay más, Pablo Cantú puede apoyar al gobernador en algo que prometieron hacer, acabar con la impunidad, digo, que se hayan robado casi 80 millones de pesos no es cualquier cosa y por supuesto que demanda que se les aplique todo el rigor de la justicia.

Muy real, de atacar esa corrupción y aplicar la ley se cumplirá con uno de los ofrecimientos de campaña del ahora gobernador, cero impunidad, o con una frase que aplicó el mismo Francisco Javier García Cabeza de Vaca en su toma de protesta que, quien la hizo, la pague.

 

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