Se llama Francisco Pérez y recorre las calles para entonar sus canciones a cambio de unas monedas.
Por Jacqueline Cárdenas
Panchito de Oro recorre las calles y negocios de la zona centro de la ciudad, para compartir la música y juntar dinero para vivir.
Se llama Francisco Pérez, pero le dicen Panchito de Oro. Un ciudadano como cualquier otro que un día decidió cambiar el rumbo de su vida, agarrar su guitarra para cantarle al amor y a su gente como siempre le ha gustado.
Entrevistado en un puesto de tacos, Panchito dijo ser originario del Ejido El Olivo, hogar que dejó atrás para formar parte de un trío de música norteña, que después de un tiempo se desintegró, así que por su parte decidió probar su suerte como solista.
Aprendió a tocar la guitarra a los 18 años por medio de un primo, a quien hoy le agradece haberle enseñado este noble oficio, el cual le ha dado muchas alegrías y la satisfacción de grabar un disco en la Ciudad de Monterrey.
Lo que gana le da para vivir de manera modesta, su atuendo para salir a trabajar son pantalón de mezclilla y camisas a cuadros, esta forma de vestir le da su estilo personal, dijo.
«Siempre vengo a los negocios que están entre el 6 y 7 Morelos, las señoras de los tacos son mis amigas y me dan permiso para cantarle a los clientes».
Aseguró que puede interpretar cualquier tipo de canciones, desde las canciones románticas hasta los huapangos y las movidas, pues es un amante de la buena música que conoce los más grandes éxitos de varias generaciones.
«Yo soy standard, le conozco de toda la música, si quiere canciones rancheras, pues le cantamos rancheras o románticas, le se varias versiones de las mañanitas en la guitarra para cuando se les ofrezca».
Comentó que su jornada empieza desde que sale el sol, siempre listo con un repertorio de canciones que piensa son del gusto de los comensales, le gusta pararse a tocar en puestos de comida pequeños donde ya lo conocen y saben que es su forma honesta de ganarse la vida.
«Si me dan unas monedas se los agradezco, si no también, me gusta decirles a las personas que les echen ganas a la vida, esa es mi forma de pensar y me siento orgulloso de lo que hago».
Expresó que la música es el medio que le ha dado para comer y a su madre que es una persona de edad avanzada y que piensa seguir empleando mientras tenga una voz saludable.
«Me siento mejor al trabajar de manera solista, la gente que me escucha en los negocios a veces me dan chamba para tocar en alguna fiesta familiar, yo acepto encantado porque eso quiere decir que hago bien mi trabajo».
Panchito de Oro recorre las calles y negocios de la zona centro de la ciudad, para compartir la música y juntar dinero para vivir.
Se llama Francisco Pérez, pero le dicen Panchito de Oro. Un ciudadano como cualquier otro que un día decidió cambiar el rumbo de su vida, agarrar su guitarra para cantarle al amor y a su gente como siempre le ha gustado.
Entrevistado en un puesto de tacos, Panchito dijo ser originario del Ejido El Olivo, hogar que dejó atrás para formar parte de un trío de música norteña, que después de un tiempo se desintegró, así que por su parte decidió probar su suerte como solista.
Aprendió a tocar la guitarra a los 18 años por medio de un primo, a quien hoy le agradece haberle enseñado este noble oficio, el cual le ha dado muchas alegrías y la satisfacción de grabar un disco en la Ciudad de Monterrey.
Lo que gana le da para vivir de manera modesta, su atuendo para salir a trabajar son pantalón de mezclilla y camisas a cuadros, esta forma de vestir le da su estilo personal, dijo.
«Siempre vengo a los negocios que están entre el 6 y 7 Morelos, las señoras de los tacos son mis amigas y me dan permiso para cantarle a los clientes».
Aseguró que puede interpretar cualquier tipo de canciones, desde las canciones románticas hasta los huapangos y las movidas, pues es un amante de la buena música que conoce los más grandes éxitos de varias generaciones.
«Yo soy standard, le conozco de toda la música, si quiere canciones rancheras, pues le cantamos rancheras o románticas, le se varias versiones de las mañanitas en la guitarra para cuando se les ofrezca».
Comentó que su jornada empieza desde que sale el sol, siempre listo con un repertorio de canciones que piensa son del gusto de los comensales, le gusta pararse a tocar en puestos de comida pequeños donde ya lo conocen y saben que es su forma honesta de ganarse la vida.
«Si me dan unas monedas se los agradezco, si no también, me gusta decirles a las personas que les echen ganas a la vida, esa es mi forma de pensar y me siento orgulloso de lo que hago».
Expresó que la música es el medio que le ha dado para comer y a su madre que es una persona de edad avanzada y que piensa seguir empleando mientras tenga una voz saludable.
«Me siento mejor al trabajar de manera solista, la gente que me escucha en los negocios a veces me dan chamba para tocar en alguna fiesta familiar, yo acepto encantado porque eso quiere decir que hago bien mi trabajo».
SABÍAS QUÉ…
Puede interpretar cualquier tipo de canciones, desde las canciones románticas hasta los huapangos y las movidas, pues es un amante de la buena música que conoce los más grandes éxitos de varias generaciones.
