Cronista de Victoria pide rescatar edificación del 9 y 10 Hidalgo, de más de 10 años de antigüedad.
Por Jacqueline Cárdenas
La cuadra que comprende la calle del 9 y 10 Morelos está cargada de historia muy importante sobre los primeros asentamientos de la Villa de Aguayo, ya que sus edificios tienen aproximadamente 100 años de haberse construido y forman parte de los primeros cuadros de la ciudad.
Actualmente la mayoría de estos inmuebles funcionan como locales comerciales, algunos han sido restaurados, pero su arquitectura sigue siendo de principios del Siglo XIX, indicó el cronista Francisco Ramos Aguirre.
«Por su tipo de construcción, su diseño y arquitectura, este inmueble como muchos de ahí tiene aproximadamente 100 años. Recordemos que en ese primer cuadro de la ciudad empezaron a proliferar construcciones de esa época que era de sillar y adobe, entonces todo ese complejo de construcciones, pertenecen a la familia Braña Acevedo».
El cronista resaltó que hasta la fecha no se ha realizado un proyecto de restauración de la casona, la cual se encuentra visiblemente en mal estado y agregó sería bueno rescatar este lugar que forma parte del Patrimonio Histórico y Edificado de la capital.
«El entorno urbano que se tenía durante la época fue de gran importancia, porque al poniente se encontraba el Palacio Federal, la cárcel municipal donde hoy se encuentra parte del edificio de Rectoría, había ahí un área de telégrafos.
FUE PELUQUERIA DE «LOS FLACOS» DURANTE 40 AÑOS.
El paso del tiempo y el abandono es la imagen que presenta en la actualidad el inmueble que se encuentra ubicado en pleno centro de la ciudad, entre el 9 y 10 Morelos, al lado de otro edificio histórico que fue Academia Comercial de Estudios Profesionales en los años 70 y 80.
«El predio es muy grande, estamos hablando de aproximadamente 1,730 metros cuadrados, que es la parte que le corresponde a los dueños que son una familia de yucatecos que eran propietarios de maquinaria relacionada con el henequén».
Desde la década de 1950 y algunos años de 1970, en ese sitio estuvo una peluqueria que era atendida por varios hermanos muy conocidos en la ciudad, a quienes su clientela identificaba amablemente como «Los Flacos». Era un sitio de reunión donde se hablaba y se opinaba de diversos temas relacionados con la politica, los deportes (box y fútbol principalmente) y las noticias más sonadas, al muy particular estilo de los ingeniosos peluqueros y clientes.
«Aquellos famosos maestros peluqueros seguramente formaron parte de las vivencias de muchos victorenses. Un corte de pelo costaba $4.00 pesos, y si incluía el arreglo de la barba o el bigote, ascendía a $6.00».
