Vicente Vargas le da nueva vida a los libros

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Hace 25 años llegó a Victoria y hoy se le reconoce como un magnífico restaurador y encuadernador.

Por Jacqueline Cárdenas
Vicente Vargas Rosales, se dedica a la restauración y encuadernación de libros, una actividad que muy pocos realizan en México, incluso en Ciudad Victoria no se conoce a otra persona que lo haga de manera manual y artesanal como Don Vicente, quien ha reparado libros de la Biblioteca Pública Marte R. Gómez y el Instituto de Investigaciones Históricas de la UAT, así como también libros de notarías públicas, de medicina, religiosos, culturales, entre otros.
Él comenzó el oficio en el año de 1969 y ya desde entonces se consideraba muy antiguo, comenta que no tenía una idea clara de que los libros se podían reparar, hasta que un señor que se dedicaba a la reconstrucción de libros en la Ciudad de México le ofreció empleo como su ayudante cuando apenas tenía 16 años de edad.
Llegué a la Ciudad de México a los 16 años con mi certificado de la primaria, buscando la oportunidad de trabajar en algo o estudiar algo. Los primeros dos años anduve trabajando en talleres de herrería y de mecánica, también anduve vendiendo periódicos un tiempo y hasta en 1969 conocí a un señor que restauraba libros, yo no sabía que los libros se podían arreglar y por la necesidad llegué a trabajar a ese taller. Él siempre me dijo si usted quiere aprender, yo le voy a enseñar lo que sé, porque entre más aprenda va a ser mejor para los dos y duré trabajando ahí como 15 años”.
Es originario del Estado de Hidalgo, pero se vino a Victoria para casarse con su novia tamaulipeca y aquí radica desde hace 25 años. Se dio cuenta que en esta ciudad no había personas que realizaran el oficio y poco a poco empezó a hacer pequeños trabajos de restauración, hasta que empezó a darse a conocer.
El oficio es bonito, pero tiene que tener uno cierta habilidad y paciencia para hacer las cosas porque no toda la gente aprende, porque hay que tener mucha paciencia, los libros cuando están muy maltratados hay que tratarlos con cuidado y ya con el tiempo aprende uno a quererlos. Cuando me entregan un libro para reparar tengo que regresarlo mejor que como llegó, porque la misión es arreglarlo y esa dedicación es la que le hace falta a la gente”.
Por las manos de Vicente han pasado miles de libros, como volúmenes que datan desde hace más de 200 años y otros libros jóvenes, la mayoría de bibliotecas y archivos de la Ciudad de México y de esta capital ha salvado de la muerte a cientos de libros o al menos les ha alargado la existencia.
En Victoria restauré un libro que se llama “Los autos de la fundación de Padilla” del año 1750, cuando estuve en la Ciudad de México arreglé manuscritos del tiempo de la colonia, aproximadamente del año 1600, porque hacíamos trabajos de buena calidad y le trabajábamos a la Biblioteca Nacional”.
La restauración, es el proceso por el cual se le devuelven al libro o al documento sus características originales que perdieron por degradación o destrucción. El proceso de restauración devuelve características que serán idénticas a las que poseía, pero nunca las mismas.
ENCUADERNACION.
Para la encuadernación Vicente utiliza instrumentos y máquinas manuales para realizar su trabajo. Los materiales que se requieren para la encuadernación son el cartón, tela, pegamento, engrudo, piel, tijeras, hilo y aguja para coser las hojas.
Su taller cuenta con una máquina especial para grabar las letras doradas que van en las portadas de los libros. Con mucha paciencia realiza las impresiones de textos con tipografía de manera tradicional.
Los libros constituyen gran parte de nuestra historia y es uno de los vehículos más importantes de transmisión de la cultura, mencionó Vicente Vargas Rosales.

SABÍAS QUÉ…

Es originario del Estado de Hidalgo, pero se vino a Victoria para casarse con su novia tamaulipeca y aquí radica desde hace 25 años. Se dio cuenta que en esta ciudad no había personas que realizaran el oficio y poco a poco empezó a hacer pequeños trabajos de restauración.

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