México, 20 Oct (Notimex).- La presidenta del Consejo Ciudadano Consultivo del Sistema Nacional DIF, Angélica Rivera de Peña, exhortó a aplicar la ley y a actuar con energía y oportunidad, ante el fenómeno de la migración infantil y juvenil no acompañada, para que se respeten sus derechos y que menores nacionales y extranjeros reciban un trato digno.
Al inaugurar el albergue transitorio para menores migrantes “Camino a Casa” y Centro Comunitario de Protección a la Infancia, en Ciudad Acuña, dijo que con dichas acciones “nos sumamos al esfuerzo de mi esposo, el presidente Enrique Peña Nieto para proteger los derechos de los infantes”.
Explicó que en dicho albergue permanecen los niños y adolescentes que vienen de otros países, mientras se determina su situación migratoria y pueden recibir el apoyo consular de sus gobiernos.
Tras mencionar su satisfacción por saber que los trabajos de reconstrucción que instruyó su esposo, en las zonas afectadas por el tornado de mayo en ese municipio, reiteró que la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, promulgada por el presidente Peña Nieto establece con claridad las medidas especiales de protección que se deben adoptar para garantizar los derechos de los niños migrantes nacionales y extranjeros.
Este fenómeno, explicó, es cada vez más grande en nuestro país, según cifras del Instituto Nacional de Migración (INM) que señalan que más de 27 mil menores migrantes no acompañados han cruzado nuestro país en lo que va del año.
Acompañada del gobernador Rubén Moreira Valdez y su esposa Carolina Viggiano Austria, presidenta del DIF estatal, Rivera de Peña sostuvo que “es nuestra responsabilidad trabajar para que los niños migrantes no acompañados, mexicanos y extranjeros, tengan la mejor protección”.
Agregó que “como mamá, me duele ver que tantos niños se encuentren en esta situación tan difícil y que estén alejados de sus familias, por eso ponemos todo nuestro esfuerzo en el DIF para cumplir con la protección que la ley les otorga, pero además trabajamos en la prevención de la migración infantil no acompañada de México y de Centroamérica”.
En el albergue, que tuvo una inversión de seis y medio millones de pesos, se brinda trato digno a los menores, reciben alimento, atención médica, psicológica y educativa, así como actividades recreativas, hasta que regresen al seno familiar de forma segura y ordenada o sean canalizados a alguna otra institución para su atención especializada.
Durante su recorrido, Rivera de Peña conoció el área de dormitorios, salón de usos múltiples, sala de cómputo y de psicología, para después platicar con los niños que ya están en el albergue, donde entregó sillas especiales para niños con parálisis cerebral y para adultos, así como muletas, andaderas y bastones.