México, 21 Oct (Notimex).- Aunque la democracia ha avanzado en América Latina, urge revertir la desigualdad que hay en la región, así como el desencanto de la ciudadanía hacia ese sistema, mediante gobiernos más eficaces, coincidieron secretarios del Estado, académicos, consejeros electorales y representantes de organismos internacionales. Al inaugurar el VI Foro de la Democracia Latinoamericana “Democracia y Ciudadanía: Hacia una Agenda Global desde América Latina”, la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Claudia Ruiz Massieu, dijo que la región ha tenido más avance en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, reconoció que se vive una gran insatisfacción en la democracia, porque “hoy no basta con garantizar la efectividad de sufragio, queremos que los gobiernos que emanan de los procesos electorales acorten esta brecha de la desigualdad económica y social, que en nuestra región vulnera y arriesga la permanencia de la democracia misma”. Expuso que el reto que América Latina tiene por delante es contar con gobiernos democráticos más efectivos, transparentes, que den más resultados, así como más cercanos y responsables. La canciller comentó que en la región ha habido un crecimiento promedio superior al de ocho regiones en la última década de 2.6 por ciento contra .3 por ciento de la Unión Europea y de uno por ciento entre los países de la OCDE, no obstante persiste la brecha de la desigualdad. “Somos la región más desigual, una región donde el promedio de 20 por ciento más rico detenta más de la mitad de los ingresos totales y el 20 por ciento más pobre sólo cuatro por ciento”, añadió. En tanto, el rector de la UNAM, José Narro Robles, expuso que los problemas de la democracia se corrigen con más y mejor democracia, al destacar que la educación es la mejor inversión que una sociedad puede hacer para superar las desigualdades que persisten en la región. “La educación es condición indispensable para el progreso y la vida democrática, sin educación, las cosas importantes de la vida no son posibles”, resaltó en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. “Sin ella no hay respuesta cierta y duradera siquiera para alguno de los problemas importantes; facilita el desarrollo de las potencialidades y permite el control de muchas de las conductas no deseadas”, agregó. Narro Robles se refirió de forma particular a la atención que los gobiernos deben dar a los jóvenes, pues son ellos a quienes se debe convencer de que las instituciones y las leyes deben ser respetadas y fortalecidas, que tienen una razón de ser, que son los instrumentos que permiten a la sociedad vivir en armonía y lograr mejores niveles de vida para todos. Narro Robles agregó que para hacer más digna la vida de los jóvenes, debe otorgárseles expectativas, “asegurarles empleo y ocupaciones productivas, alejados de las adicciones y del delito, educarlos en un marco de valores cívicos”. A su vez, el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, dijo que no duda de la calidad de los procedimientos, la confiabilidad de los sistemas e instituciones electorales en cada uno de los países de la región es mejor que hace 20 años. “Hemos avanzado enormemente en el desarrollo de la institucionalidad democrática pero no hemos evolucionado igual en la construcción de una cultura cívica que acompase esa evolución procedimental y que constituya inevitablemente el fundamento, el sustrato sobre el cual la democracia se recrea”, resaltó. Consideró no obstante que se requiere de nuevas prácticas de los actores políticos, de los partidos y de los candidatos, y que los ciudadanos creen un contexto de exigencia cada vez mayor que obligue a modificar prácticas, conductas y eventualmente a nuevas decisiones de los poderes públicos. “Necesitamos una cultura cívica que construya un segundo piso que cohesione el desarrollo de las democracias en nuestro continente”, remarcó el consejero electoral. Ello, al recordar que el Informe 2015 de Latinobarómetro ubica a América Latina como la región más insatisfecha del mundo con su democracia. Córdova Vianello explicó que mientras en Asia la satisfacción es de 70 por ciento, en Europa de 59 por ciento y en África de 42 por ciento, en América Latina este porcentaje es de apenas 37 por ciento. “Este nivel de satisfacción promedio es el más bajo del planeta, nos ubica en un nivel inferior incluso al que tenía nuestro continente en 1995, cuando se tenía 38 por ciento y todavía faltaba mucho para que terminaran de consolidarse las muchas todavía recientes democracias y representa una caída de siete puntos porcentuales en sólo cinco años”, agregó. A su vez, el secretario para el Fortalecimiento de la Democracia de la Organización de Estados Americanos (OEA), Francisco Guerrero Aguirre, advirtió que el desafió de la ciudadanización está en la reflexión de saber si los procesos políticos, las campañas electorales y los encargados de la gestión pública están el mismo canal que los ciudadanos.
Revertir desigualdad, reto de América Latina
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