Puebla, 22 Oct (Notimex).- Investigadores del Instituto de Ciencias de la BUAP recolectaron 110 variedades nativas de maíz, de las 10 especies que hay en el estado, para lograr la certificación orgánica de este alimento e incrementar su valor de marca sobre productos importados generalmente transgénicos. Al respecto, Sonia Emilia Silva Gómez, científica de dicho instituto de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), dijo que con dicha certificación biológica o ecológica de este cereal se protegería el material genético de las mazorcas nativas de México. “Los campesinos y productores -dijo- podrían defender los precios de sus mercancías sobre las importadas, y se le otorgaría el valor correspondiente al maíz originario, que puede ser considerado el abuelo genético de todos los transgénicos que actualmente consumimos”. Mencionó que México posee 41 de las 50 razas de maíz que existen en el mundo, por lo que recolectaron las variedades en tan sólo cinco municipios de Puebla como es Calpan, Atlixco, Huaquechula, Santa Isabel Cholula y Tianguismanalco. Agregó que dichos productos, al mismo tiempo que satisfacen las necesidades de los consumidores, por su calidad y con certificación orgánica o ecológica, garantizan el cumplimiento de los reglamentos sobre medio ambiente y biodiversidad. La especialista de Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), en un comunicado, resaltó que México es el centro y origen de la diversidad genética del maíz. Sin embargo, de acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en 2014 importó 13 millones 766 mil toneladas de productos agrícolas transgénicos, de los cuales 56.7 por ciento correspondieron a compras de dicho cereal. Silva Gómez enfatizó que la certificación orgánica de este alimento prehispánico, considerado como elemento supremo de la gastronomía mexicana permitiría adecuar las políticas públicas, para regular y controlar la entrada de productos al país de las semillas de maíz transgénico e híbrido. “No se permite contaminar los productos certificados orgánicamente con sustancias ajenas a los entornos naturales, o con contaminantes emergentes. Al menos promovería que nosotros como mexicanos valoráramos los alimentos del país, que incluso con nuestras manos podríamos producir”, afirmó. Para lograr la certificación de tres variedades originarias de Puebla, los científicos del BUAP trabajaron en cuatro municipios limítrofes de Acatzingo y en Tochimilco, municipio ubicado en las faldas del volcán Popocatépetl, en donde consideraron variables, para sugerir que las variedades de maíz en cuestión no están contaminadas. Señaló que en la búsqueda de la certificación de estas variedades están un tipo de maíz cacahuazintle o pozolero, uno de maíz negro y otro de rojo. La antropóloga social indicó, que encontraron también otras variedades nativas del maíz rojo, negro, morado, azul, blanco y amarillo, a pesar de que este último es difícil de encontrar en el centro de México los científicos de la BUAP la hallaron en un convento ubicado en el municipio de Calpan. Silva Gómez subrayó que han realizado actividades de concientización para hacer partícipes del proyecto a campesinos y productores, como entrevistas que revelen la percepción de las comunidades sobre la certificación orgánica de los maíces originarios y crear estrategias con el fin de difundir sus ventajas en el desarrollo de sus regiones. Resaltó que los campesinos son quienes han resguardado los recursos naturales de las regiones del país, de ahí que al traslapar los mapas de las biorregiones de México con el de los pueblos indígenas, se verán las coincidencias. “Es decir, ellos han sido los guardianes de todo el patrimonio biodiverso de México, por lo que, es importante su inclusión”, subrayó.
Científicos de Universidad de Puebla recuperan maíz mexicano
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