Miles de victoreases visitan las tumbas de sus seres queridos y con oraciones, flores y música recuerdan a quienes se adelantaron en el camino.
*Como todos los años, cientos de personas acudieron a los panteones municipales de Victoria, para estar cerca de sus difuntos.
* Familias completas se reunieron para limpiar y adornar las sepulturas, tomar un refrigerio y con música en vivo recordar a sus seres amados.
Luis Alberto Maldonado visita la tumba de su madre en el panteón del Cero Morelos dos veces al año. Las fechas en las que acude sin falta son el 10 mayo y el 2 de noviembre y con motivo del Día de los Muertos compró un pequeño ramo de flores que colocó en una de las sepulturas que están casi a la salida del panteón.
La tumba tiene una cruz de metal y está cubierta solo de tierra negra y piedras, porque de momento no cuenta con dinero para construirle una placa de mármol. Luis Alberto Trajo consigo una armónica con la que tocó las mañanitas y otras canciones que en vida fueron del agrado de su progenitora.
“Hoy es un día muy sagrado, muy doloroso porque recuerdo mucho a mi viejita, ella va a cumplir seis años de que se nos fue, ella murió a los 72 años y la recuerdo con mucho cariño, este día vine a cantarle con mi armónica porque se que a ella le gusta mucho, aunque no esté presente físicamente, yo la siento en el alma”.
Explica que además de él, su hermano acude a visitar la misma tumba por separado, así que entre los dos se encargan de mantener limpio el terreno y con flores frescas que perfuman la última morada de su madre.
“El 14 de marzo mi mamá cumpliría años de vida, por eso le canté las mañanitas y otras canciones que preparé para alegrarle el día a mi mamacita”.
Este lunes 2 de noviembre cientos de personas visitaron los panteones municipales a fin de convivir en familia con sus seres queridos que ya fallecieron, para llevarles una ofrenda floral, limpiar, adornar o retocar sus sepulturas y hasta las mascotas fueron parte de esta celebración.
En el panteón municipal del Cero Morelos cada familia adornó la tumba de su difunto con flores de temporada, cempasúchil, polar, clavel, terciopelo, alcatraces y de otros tipos que se comercializaban en la entrada del cementerio.
Los pasillos del camposanto se convirtieron prácticamente en un peregrinaje de personas, las cuales iban y venían por agua, escobas y azadones para limpiar el área y por ramos de flores y botellas con agua para colocar sobre las tumbas.
Terminada la labor de limpieza, las familias se reunían alrededor de la tumba, ya sea para orar o para tomar los alimentos como una forma de convivir también con el difunto.
Por su parte Gilberto Quintanilla de la Fuente, administrador del panteón, informó que desde poco antes de las siete de la mañana empezó a llegar la afluencia de visitantes en los dos panteones “Cero Morelos” y el “Panteón de la Cruz.
Indicó que por fortuna no se registró ningún incidente con los visitantes y el día se dio en completa calma.
“Por fortuna hasta ahorita tenemos saldo blanco, ya que contamos con el personal de Protección Civil de la ciudad, desde mucho tiempo antes nos preparamos con la limpieza y mantenimiento de los panteones y el personal de los panteones están colaborando con la seguridad especialmente los días 1 y 2 de noviembre”.
Los músicos madrugaron en el panteón
El Día de Muertos es cuando tienen más demanda en los panteones los músicos locales, por lo que grupos de música regional acudieron desde temprana hora al lugar para ofrecer sus servicios.
Varios de estos músicos, caminaron entre las tumbas en espera de ser llamados por algún doliente que les pidiera algunas canciones dedicadas a su familiar fallecido.
Los temas más solicitados fueron: Un viejo amor, Amor eterno, Mi querido viejo, Me refiero a ti, Te vas ángel mío, entre otras.
Comerciantes hicieron su agosto.
Distintos puestos de comida, antojitos, aguas frescas, pero sobre todo los vendedores de flores, se instalaron afuera del panteón para aprovechar la llegada de cientos de personas que visitan a sus seres queridos que ahí se encuentran sepultados.
Flores de todos los colores y de ciertos tipos se vendieron en ramos pequeños desde 25 pesos o grandes arreglos florales en más de 100 pesos, según la cantidad y el tipo de flores que los compradores solicitaban.