Correcaminos, historia condenada al fracaso

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CORRECAMINOS vive lo que podrían ser sus últimos días en la plaza de Victoria.
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Manolito Corcuera Jr. y su banda han sido una decepción en la directiva del Club, sus pésimas decisiones han enfilado al Ave Naranja hacia el precipicio y lo tienen a punto de desaparecer de Victoria.

A dos jornadas de que concluya el torneo Apertura 2016, el equipo de futbol Correcaminos lucha desesperadamente por arrebatarle puntos a sus rivales y lograr colarse a la liguilla, aunque sea de ‘panzaso’ y evitar así un nuevo fracaso.

Luego de haberse disputado 13 jornadas en el actual campeonato, Correcaminos suma 19 puntos, producto de una pobre cosecha de 5 juegos ganados, 4 empatados y 4 perdidos, con una suma de apenas 10 goles anotados y 11 recibidos.

El paso de Correcaminos ha sido irregular, tirando a pobre, por momentos de lástima, perdiendo juegos ante su escasa afición y arrastrando el prestigio, si es que alguna vez lo tuvo este equipo, tan distante de sus anhelados objetivos.

En el actual certamen el Corre marcha séptimo en la tabla general, por arriba y con más posibilidades de acceder al campeonato figuran equipos como Leones Negros con 26 puntos, Necaxa con 25 unidades y finalista de la Copa MX, además de Atlante con 24, Tapachula y Celaya 23 y Alebrijes 20.

El problema para los victorenses es que cualquier descuido en los restantes dos juegos contra Murciélagos y Coras de Tepic, podría provocar una tragedia ya que Mineros, Venados y los propios nayaritas, están en posibilidades de arrebatarles el pasaporte a la ronda de finales y dejar a los victorenses ‘no más mirando’.

Con este panorama y estos números, la situación de Correcaminos parece repetirse, igual que siempre, la misma año con año, sembrando ilusiones al inicio de la temporada y cosechando decepciones y fracasos al término de la aventura, una historia que no cambia ni con el paso de entrenadores, de jugadores y esta vez hasta de directivos, pues tal parece que la nueva camada de jerarcas que llegaron apenas hace menos de un año, no ha provocado ninguna revolución y por el contrario parece encaminar al Corre hacia el precipicio, más ahora cuando el estado vive tiempos de cambios políticos que sin lugar a dudas alcanzarán a la otrora nave naranja.

Juniors al mando…

Apenas en junio del 2015, el Gobierno del Estado, tomó la decisión de hacer a un lado a Francisco Filizola González, quien en los últimos años se había hecho cargo de la presidencia del Club, aunque no tenía las riendas en sus manos, ni tomaba las decisiones, pues para nadie era un secreto que el mando del Club estaba a cargo de José Manuel Basave, cuñado del Gobernador Egidio Torre y mandamás absoluto en el reparto de los recurso que el Estado canaliza al club.

Así como en su tiempo, Enrique De la Garza, por muchos años dio la cara como supuesto presidente del Club, mientras Ricardo Filizola, el hermano del Rector, era quien controlaba el negocio, en Correcaminos se siguió la misma estrategia en los años recientes, pero esta vez con Pancho Filizola aparentando ser el presidente, mientras que Basave, quien nunca apareció oficialmente en la estructura jerárquica del equipo, era quien compraba y vendía jugadores, el que decidía que entrenador contratar, el que asignaba las casas que serían auto rentadas a los futbolistas recién llegados y quien fiscalizaba la venta de boletos y cada peso que entraba a las finanzas del Club.

Pero con los tiempos de austeridad en puerta y la recta final del sexenio en su etapa más crítica, el ‘Cuñado Incómodo’ decidió hacerse a un lado y embaucar a un grupo de jóvenes empresarios, con ilustre carrera universitaria y con la creencia de que al tener un juguete nuevo en sus manos podían convertirse en una especie de Rey Midas y ser los dioses que la afición espera para lograr el milagro llamado Ascenso a la elite del fútbol mexicano.

Así fue como aparecieron los nombres de Manuel Concuera Jr., el joven heredero del emporio cervecero victorense y estandarte de una de las familias con mayor arraigo en el empresarido local.

Junto a Manolito, llegó también a un llamado Consejo Deportivo, otro de los júniors más populares en el medio, Adrián Martínez de León, mejor conocido como ‘El Güero’ Tota; un ex barrista del Club, apasionado fanático defensor del equipo y que en su momento llegó a poner un cheque en la mesa de Gobierno del Estado para hacerse del mando absoluto del Club, aunque su oferta nunca fue aceptada, por no convenir a los turbios intereses gubernamentales.

Gerardo Assad, Javier de los Santos y Jesus Serna Mercado, completaron la directiva a quien Egidio Torre confío la tarea de resucitar a un pajarraco desahuciado, en fase terminal y enfermo de un mal llamado fracaso que corre por sus venas.

Pecados que matan…

Lamentablemente, otra vez, para la afición victorense ni siquiera este clan de ilustres júniors y sus conocimientos financieros y mercadológicos han servido para rescatar el honor del Ave Naranja.

Apenas de arranque cometieron un pecado que por poco les vale para ser linchados por la afición.

En una de sus ocurrencias, le arrebataron el color azul a la imagen de Correcaminos y le pusieron el negro, tal vez como símbolo del funeral en que convertirían su administración.

Y como se esperaba, en pocos meses sus decisiones han sido pésimas, decepcionantes, de lo ingenio a los ridículo, como viles aprendices y echando por la borda los supuestos conocimientos adquiridos en prestigiosas instituciones privadas de educación.

En lo futbolístico no han podido armar un equipo respetable; de arranque apostaron como entrenador por la continuidad de un Ricardo Cadena que en Victoria se sacó la lotería y sin comprar boleto, tras los huecos que fueron dejando Omar Arellano y luego Alex Aguinaga.

Los júniors premiaron su pésimo trabajo y lo ratificaron, condenando desde un principio por el camino de la derrota al Corre, a pesar de la nueva administración a nivel directivo.

Y cuando se pensaba que Manolo Corcuera y su banda podían sacarse la espina contratando a algún entrenador que pudiera ayudarles a mejorar el panorama, a aquellos se les cerró el mundo y optaron por otro mediocre como José Treviño, un ex futbolista que en su momento militó en el Corre y que llegó a dirigir a Rayados en Primera División, pero sin ningún éxito en su palmarés, ni ninguna estrella que presumir.

Y como era de esperarse, con un plantel limitado, sin estrellas, sin jugadores de jerarquía, ni liderazgos dentro del campo, el andar del pajarraco ha sido, fiel a su costumbre, tirando de gris a mediocre.

La prueba mas palpable de lo poco o nada logrado por la juvenil directiva es que cada vez son menos los aficionados que acuden al estadio a un partido.

El Marte R. Gómez ha llegado al grado de ser el escenario con las entradas más pobres en una jornada de la Liga de Ascenso.

Hay partidos que en promedio registran un promedio de asistencia de apenas 3 mil aficionados, y no todos con boleto pagado, pues bien sabido del reparto de cortesías y de los enjuagues que se hacen en las oficinas administrativas al amparo del boletaje.

El problema para Correcaminos es que ahora ha sido atrapado por los tiempos políticos y de cambio que se registran en el Estado.

Con un Rector como Enrique Etienne que para nada se interesa por el equipo y que por el contrario está ansioso de recortar los recursos que se destinan al equipo de fútbol profesional y junto el relevo en el Gobierno del Estado, el futuro a corto plazo para Correcaminos no luce nada halagador.

Cualquiera de los dos candidatos que más posibilidades tienen de hacerse de la gubernatura como lo son el priísta matamorense Baltazar Hinojosa Ochoa y el panista de Reynosa, Francisco Cabeza de Vaca, no tienen al Correcaminos dentro de sus prioridades de Gobierno para el siguiente sexenio, por lo que no sería raro que escucharan los consejos de sus asesores y optaran por cortar por lo sano el suministro de recursos u ofrecerlo al mejor postor, lo que de inmediato llevaría a pensar que la era de Correcaminos en Victoria llegaría a su final.

Ni a Baltazar ni a Cabeza de Vaca se les conoce algún gusto por el fútbol, ni tampoco se sabe que sean asiduos asistentes a algún encuentro deportivo de esta especie o que defiendan la camiseta de algún equipo.

Así es que a dos jornadas de terminar el actual torneo y con posibilidades de no lograr el pase a la liguilla, la situación del Corre parece más que alarmante.

La directiva ya se dio cuenta que los milagros no existen, que Correcaminos llegó a la Primera ‘A’ y ahora Liga de Ascenso para quedarse, y que si a punta de billetes, en su momento, no se logró el ascenso, pues con las arcas vacías y sin proyectos exitosos, la misión luce más que imposible.

 

 

CADA VEZ menos aficionados en las tribunas del Marte R. Gómez.
CADA VEZ menos aficionados en las tribunas del Marte R. Gómez.

 

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