– Batallarán gobernador y alcaldes
– Ejercerán finanzas nada generosas
– ¿Regresará la seguridad pública?
Concluido el proceso eleccionario y una vez que los nuevos representantes populares obtengan la constancia que los acredite como tales, comenzará el duro camino que habrá de recorrer durante los próximos seis años el Jefe del Ejecutivo Estatal y, durante 24 meses, los jefes edilicios en los 43 municipios tamaulipecos.
La crisis económica mundial habrá de reflejarse en los ya anunciados recortes presupuestales que hará el gobierno federal, como consecuencia de la caída de los precios del petróleo.
Con todo y que se ha anunciado que los programas sociales no se verán afectados ante la falta de recursos económicos, lo cierto es que la realidad financiera habrá de impactar a los gobiernos estatales y municipales.
En el rubro de seguridad pública, será harto interesante conocer si el mandatario estatal que entrará en funciones a partir del primero de octubre continuará gastando millones y millones de pesos en la manutención de fuerzas federales y aportaciones para la edificación de nuevos cuarteles militares.
De acuerdo a cifras oficiales, el sexenio que está por concluir destinó 16 mil millones de pesos tan solo en ese apartado. Lo malo del asunto es que tal parece que los dineros de los tamaulipecos no hicieron mella en los grupos delictivos que operan en esta región del país.
Quien llevará la rienda política, económica y social en la esquina noreste de la república mexicana, tal y como lo anunció en campaña, habrá de regresar la tranquilidad a los ciudadanos cuerudos, lo mismo en sus hogares y negocios que en las carreteras federales y caminos vecinales.
A lo largo de los 60 días de proselitismo constitucional, el relevo del ingeniero EGIDIO TORRE CANTU escuchó el reclamo popular circunscrito en ese prioritario renglón. Para los tamaulipecos es urgente y necesario el regreso de la tranquilidad, con todo y que la infraestructura urbana y programas sociales también son de suma necesidad.
Durante casi cuatro meses, el gobernador electo tendrá tiempo para armar su gabinete y, además, definir las estrategias de gobierno que ejercerá durante su mandato constitucional.
Obviamente, los reflectores ciudadanos se enfocarán en la política que habrá de esgrimir el nuevo mandatario en lo referente al trato a grupos partidistas rivales. La lógica indica la integración de un gobierno incluyente y no dar entrada a lo que se conoce como “cacería de brujas”.
Del mismo modo, quienes habrán de presidir los ayuntamientos de dos años, como consecuencia del empate de elecciones, enfrentarán un par de serios escollos. Uno, el recorte presupuestal que, sin duda, afectará las finanzas municipales y, dos, el corto tiempo que tendrán para corresponder a la voluntad ciudadana reflejada en las urnas.
Aunque, eso sí, tendrán la oportunidad de reelegirse siempre y cuando su trabajo sea relevante y, por supuesto, si gozan del apoyo de los partidos políticos de donde emanaron.
A partir del primero de octubre iniciará el proceso de la congruencia entre lo que se prometió y lo que en realidad podrá aterrizarse. El gobernante electo se comprometió con las masas populares durante el proselitismo. Lo mismo hicieron los presidentes municipales electos y quienes habrán de integrar la LXIII Legislatura en Tamaulipas. Tocará a los electores calificar a sus nuevos representantes y razonar su voto para futuras contiendas electorales.
Y hasta la próxima.
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