Extraño….muy extraño

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Por Mario A. Díaz

– Manlio a la baja y a la alza Anaya y López Obrador

– Siguen entre priístas los dimes y diretes

– Inexplicable el comportamiento de los electores tamaulipecos

A NUEVE días de las elecciones, es tiempo que en las filas del Partido Revolucionario Institucional aún no se asimila la derrota ni mucho menos se entienden o se aceptan las causas que motivaron la misma.

Como dice el dicho y dice bien, el triunfo tiene muchas paternidades mientras que la derrota es huérfana. De ahí que, lógicamente, nadie acepta responsabilidades y, por el contrario, se multiplican los señalamientos entre militantes, activistas y dirigentes.

En el plano nacional, se devalúan priístas de hueso colorado como MANLIO FABIO BELTRONES RIVERA, mientras que en sentido contrario suben los bonos del panista RICARDO ANAYA y el líder del Movimiento de Regeneración Nacional, ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR.

En Tamaulipas, los efectos devastadores del tsunami azul hacen trizas la imagen de RAFAEL GONZALEZ BENAVIDES, todavía presidente estatal tricolor, y la de ANTONIO MARTINEZ TORRES, el derrotado operador político en el pasado proceso electoral.

Los resultados obtenidos en este ínsula norteña salvan de la quema al doctor VICTOR GARCIA FUENTES, líder local del PRI, y a quienes integran la maquinaria electoral, toda vez que lograron sacar adelante las candidaturas de JESUS DE LA GARZA DIAZ DEL GUANTE, ROGELIO ARELLANO, ANTO TOVAR, MONICA GONZALEZ GARCIA y JUAN CARLOS CORDOVA, postulados para alcalde y diputaciones locales, respectivamente.

Conjeturas, especulaciones y rumores señalan al secretario de Gobernación y aspirante a la candidatura del PRI a la presidencia de la república, MIGUEL ANGEL OSORIO CHONG, como el autor intelectual de la derrota de BALTAZAR HINOJOSA OCHOA, descarrilando así el mismo proyecto de BELTRONES RIVERA.

En el mismo contexto, sobran opiniones en el sentido de que el gobernador EGIDIO TORRE CANTU no apoyó al cien por ciento al matamorense, al no lograr la candidatura de su delfín ALEJANDRO ETTIENNE LLANO.

Sea cual fuera la realidad del histórico resultado de las elecciones de 2016, lo único cierto es que el 60 por ciento de los votantes aztecas, a partir de octubre, estarán gobernados por el Partido Acción Nacional, con todo y lo que ello significa para el relevo presidencial de 2018.

Datos estadísticos precisan que en Tamaulipas el 37 por ciento de los electores no avalan ni el gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO ni el de EGIDIO TORRE CANTU lo que, en primera instancia, podría ser un causal de los resultados negativos para el tricolor.

Sin embargo, apenas el año pasado, en la elección de diputados federales, el PRI se anotó el triunfo en los ocho distritos electorales tamaulipecos. Como en los viejos tiempos y algarabía de por medio, el exinvencible celebró a rabiar el “carro completo”.

Luego entonces, resulta sumamente extraño que los votantes tamaulipecos hayan cambiado bruscamente de opinión en tan solo doce meses, máxime que durante ese período la política gubernamental nacional y estatal no aportaron nada que justifique ese comportamiento político de los ciudadanos en edad de votar.

Una de tantas lecturas indica que el PRI nacional se dejó caer con todo para recuperar las curules federales en manos de la oposición y entregar ocho de ocho al presidente PEÑA NIETO, urgido de una mayoría en la Cámara Baja del Congreso de la Unión.

Lo que, en consecuencia, contrasta con el resultado electoral del domingo cinco de junio que cambió radicalmente el firmamento político en gran parte del territorio nacional y, por supuesto, en Tamaulipas.

Ni hablar.

Y hasta la próxima.

mariodiaz27@prodigy.net.mx

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