El primer ministro David Cameron anunció que renunciará en octubre; la libra tuvo una de sus mayores devaluaciones.
LONDRES. Los británicos votaron por dejar la Unión Europa, dejándose llevar por sus preocupaciones sobre la inmigración y haciendo a un lado el atractivo de ser parte de un mercado independiente de más de 500 millones de personas y un proyecto europeo forjado de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial.
A continuación lo que sucederá después:
¿Y EL GOBIERNO?
El primer ministro David Cameron, dirigente del Partido Conservador, anunció que renunciará en octubre. Al hablar con la prensa afuera de su oficina en Downing Street, dijo que no sería correcto «intentar ser el capitán que dirige al país a su próximo destino».
El exalcalde de Londres, Boris Johnson —también conservador y el partidario más importante de la campaña por la salida de Gran Bretaña de la UE— se convierte ahora en el principal contendiente para reemplazar a Cameron.
Johnson dijo el viernes que estaba «triste» por la renuncia de Cameron, pero no dijo si planea reemplazarlo.
¿QUÉ PASA CON LA ECONOMÍA?
La libra tuvo una de sus mayores devaluaciones en un solo día, al caer más del 10% en seis horas ante las preocupaciones de que al cortar el vínculo con la UE, la economía británica sufrirá y debilitará la postura de Londres como el centro financiero mundial.
Las autoridades en el tema, entre ellas el Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra, habían advertido que la salida de Gran Bretaña alterará una economía global, que se recupera lentamente de una crisis mundial que inició en 2008.
¿QUÉ SUCEDERÁ CON LOS VECINOS?
Los líderes de la UE considerarán el retiro de Gran Bretaña como un precedente peligroso y un posible golpe mortal al proyecto europeo. Algunos se enfrenan al escepticismo de sus propios ciudadanos y podrían sentir la necesidad de demostrar a nivel nacional porqué el ahora bloque de 27 países tiene un futuro.
Eso podría causar reformas en el funcionamiento de la UE. Las futuras negociaciones podrían verse eclipsadas por una sensación de traición y la idea de que debe hacerse un ejemplo del Reino Unido para desmotivar a otros a irse. La salida también podría golpear el frágil crecimiento de Europa.
Aunque, por otro lado, la salida británica, conocida como Brexit, podría accionar a la Unión Europea. Desde que se unió al grupo en 1973, Gran Bretaña ha frenado el impulso del bloque hacia una unión política más cercana, un proyecto que ahora podría retomar sin trabas.
¿LOS LEGISLADORES PODRÍAN IGNORAR EL PROCESO?
El referendo de Gran Bretaña no lo saca en automático de la Unión Europea, lo que ha llevado a algunos expertos a indicar que los legisladores podrían simplemente ignorar o ralentizar el proceso.
¿Pueden hacerlo? «En cuanto a teoría legal es posible. En la práctica, definitivamente no lo es», dijo Alan Renwick, el vicedirector de la Unidad de Constitución en la University College en Londres. «Si se vota a favor del Brexit, entonces el viernes el premier indicará cómo comenzará el proceso del Brexit».
EL CAMINO HACIA EL FUTURO PODRÍA NO SER DIRECTO
El resultado impulsará una serie de negociaciones mientras Gran Bretaña y la UE buscan la forma de separar sus economías que se han entrelazado desde que el Reino Unido se unió al bloque el 1 de enero de 1973. Bajo el Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, las conversaciones probablemente duren dos años, con la posibilidad de una extensión, pero el reloj empieza a correr sólo cuando el Reino Unido notifique a la UE que quiere el divorcio -y algunos a favor de «salir» han indicado que esto no sucederá hasta 2018.
Las negociaciones del Reino Unido con la Unión Europea podrían ser complicadas, ya que los líderes de la UE no querrán fijar el precedente de un retiro fácil para que otros países, como Dinamarca reconsideren su estatus», dijo Howard Archer de IHS, una firma de investigación.
De cualquier forma, la UE se enfrentará a problemas. Junto con los dolores económicos, problemas con Grecia y la incapacidad de acordar cómo manejar la crisis de refugiados, el Brexit podría profundizar la crisis existencial de Europa.