Vicente Fox Quesada ganó la Presidencia de la República cobijado con las siglas del PAN pero sin deberle nada a ese partido que, con poco margen de error, podemos afirmar en realidad no era nada en México ya que carecía de estructura partidista y la mayoría de las veces batallaba hasta para completar las planillas de regidores en las elecciones de miles de municipios e incluso nadie quería representarlos como candidatos al gobierno de las tres cuartas partes de las Entidades del país.
Fox creyó, en esas circunstancias, que México le pertenecía, que no era necesario hacer alianzas con el partido que lo llevó al poder por la simple y sencilla razón que sin él los azules eran poco menos que nada o una fuerza importante pero que no ganaba elecciones ni yendo a bailar a Chalma.
El gabinete de Fox lo conocimos pronto, los panistas fueron relegados y los que no pronto le fueron renunciando o les sacaron de la administración pública, El hombre de las botas y el sombrero se dio el lujo hasta de mantener, en los Estados, de delegados de muchas dependencias a priístas o personajes que odiaban a los azules.
El Presidente pronto se dio cuenta del error, los panistas le fueron ganando elecciones internas en los Estados, en las candidaturas para Diputados y Senadores, y finalmente le arrebataron hasta la posibilidad de poner a su candidato a la Presidencia de la República y optaron por Felipe Calderón, este sí, un hombre de partido y azul de pies a cabeza.
En el sexenio foxista vimos a un PAN vivo, que le ganó la elección interna al primer Presidente de la República que era emanado de su partido, que en muchos municipios y en elecciones estatales fue incluso en contra de lo que se presumía debía ser su máxima autoridad, vaya, vimos a un partido azul con dignidad, decoro.
Felipe Calderón fue todo lo contrario a Fox, él si utilizó la administración pública para amarrar a los miembros de su partido, las delegaciones se llenaron de verdaderos azules que respondían a las órdenes del jefe del ejecutivo.
En esas circunstancias el PAN perdió todo, los presidentes del Comité Ejecutivo Nacional de dicho partido eran simples monigotes que se enriquecían a la sombra del poder público y por ello obedecían sin chistar la línea que salía desde Los Pinos, no se ponía un candidato a regidor sin que Felipe o personajes cercanos a él los palomearan.
Los resultados ya los conocemos, el PAN controlado por el Presidente se debilitó al mismo ritmo que su primer autoridad y perdieron la elección presidencial con quien presumían habían sacado de Los Pinos a patadas, con el PRI, vaya, los mandaron a ser la tercera fuerza en el país.
Viene el cuento a colación porque el PAN en Tamaulipas entrará en un proceso de renovación de su dirigencia estatal en estos días, elegirán a quien sustituirá a César Augusto Verastegui Ostos, su presidente del Comité Directivo Estatal que pasará a la historia como quien lo hizo ganador de la gubernatura y la disyuntiva de este organismo es arrojarse a los brazos del futuro gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca o entrar en un proceso democrático que lo lleve a una elección donde resulte ganador quien más respaldo azul tenga.
La verdad no es nada halagador que ahora mismo se mencione a algunos personajes como futuros presidentes del partido al tener el único mérito de ser cercanos a quien tendrá la gubernatura en los próximos meses como tampoco debe llenar de orgullo a algunos Diputados electos que los hagan presidentes de la Junta de Coordinación Política del Congreso por poseer esa única cualidad.
Tiene razón, el gobernador electo tampoco debe alejarse mucho de su partido por razones de gobernabilidad.
El problema para Cabeza de Vaca es encontrar el justo medio, un hombre o mujer con quien pueda razonar, entenderse, acordar, pelear incluso pero nunca llegar al rompimiento, digo, ambas partes deben entender que el poder se acaba en seis meses y si quieren seguir al frente del mismo deben hacer lo que mejor convenga a ambos.
¿Qué PAN veremos después del 1 de octubre?, un PAN que resulte un partido serio y digno o un PAN que se parezca mucho a lo que tanto han criticado del PRI, de sus enemigos, y se muestren sumisos y hasta entregados a la primera autoridad emanada de su partido?, quien lo sabe, es más, hasta resulta complicado adivinar qué es lo que le conviene a Tamaulipas que definitivamente debe ser el interés mayor.
En otras cosas… El Gobernador Egidio Torre Cantú, recibió y platicó en el Aeropuerto Internacional General Francisco Javier Mina de Tampico, con el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, esto dentro de la gira que realiza el Mandatario Nacional por la zona huasteca del país.
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