La corrupción, hasta en tiempos de AMLO.

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Esta historia me la contó un profesor que, con suerte, todavía anda por ahí.

Me dijo que “en aquellos años” fue llamado a la Ciudad de México, por uno de sus muchos amigos que a su vez tenía otro amigo con importante cargo en la Secretaría de Salud del D.F.
Le ofrecieron trabajo. Un trabajo de coordinación donde había buen dinero.
-“¿Qué es lo que tengo que hacer?”-, le preguntó a su amigo, cuando éste fue a recibirlo al aeropuerto.
“Mañana, mañana te explico, ahorita déjame llevarte al hotel para que descanses. Pasaré por ti como a las 10:00 de la mañana”-, le dijo.
-“A mí se me hizo como que a las 10:00 de la mañana ya era tarde, pero… Acepté”-.
Otro día mi cuate pasó por mí y me dijo que íbamos a almorzar.
Nos subimos a su auto y, en el camino, se paró frente a un puesto de jugos (en México en los puestos de jugos se venden jugos de zanahoria, betabel con nopal, naranja, mango con jícama, etcétera) y le preguntó:
“¿Ya pasaron por la cuota?”-.
“Si, jefe”-, contestó el vendedor de jugos.
-“Cuanto le diste al inspector”-.
-“20 pesos”-.
“Bueno. Nos vimos”-.
“Que le vaya bien, jefe”-.
Yo me quedé mirando nada más, dijo el profesor.
“Más adelante se paró frente a otro puesto de jugos e hizo la mismas preguntas y fueron las mismas respuestas.
Le pregunté qué era eso, pero se rió y dijo, “al rato te cuento”.
Después nos fuimos a desayunar.
Entre plática y plática hablamos de todo, menos del trabajo que me iban a ofrecer.
Al mediodía dimos varias vueltas por la Ciudad de México y luego enfilamos a una plaza donde había un monumento a la madre.
Ya casi era la una de la tarde cuando nos bajamos del auto y fuimos directo a una banca donde estaba un señor con un saco negro.
-“Quibo”-, le dijo mi cuate.
“¿Cómo le va, jefe?”-, contestó el hombre del saco negro.
“Ya vinieron a verte los inspectores”.
“Han venido cuatro”-, dijo el hombre.
“¿Cuántos controlas?”-.
“Cinco. Cada uno viene con la cuota de 40 puestos de jugos”-.
-“¿Y cuánto te dan?”-.
“Ellos cobran 20 pesos, pero a mí me dan 15 pesos por cada puesto de jugos.
Ellos ganan 200 pesos. Yo aquí los espero hasta que llegue el último o voy y los busco. porque a las seis de la tarde tengo que ir a entregar el dinero”-
-“¿Y tú cuánto ganas?”.
“Tres pesos por cada puesto de jugos. Son 200 puestos los que me reportan así que gano 600 pesos todos los días”-.
“Buenos, nos vimos”-.
“Si, jefe, que le vaya bien”-.
Y yo escuchando –dijo el profesor-. Entonces le pregunté que qué era todo eso.
“Es la cuota de los vendedores de jugos”-, me dijo.
Nada más moví la cabeza.
En la tarde fuimos a comer y tomar unas cervezas y luego a la plaza a donde van a dejar el dinero los coordinadores que cobran las cuotas.
Allí estaban dos individuos, también de traje.
Mi cuate le preguntó a uno de ellos que si ya habían ido a reportarse los coordinadores y dijo que si.
“¿Cuánto dinero te dan?”-, le preguntó y el de traje se me quedó mirando.
“El profesor viene conmigo. Es de confianza ¿Cuánto dinero te dan?”-.
“Controlamos a 4 coordinadores, que cobran lo de 200 puestos de jugos cada uno. En total 800 “jugeros” y nosotros dos nos quedamos con dos pesos de cada cuota, en total 1,600 pesos diarios”-.
“¿Y el resto del dinero, (los 8 mil pesos que sobran) ¿a quién se los dan?”-.
-“A usted, jefe”-.
“Bueno, echa la bolsa a la cajuela del carro”- le dijo y el hombre trajeado se llevó una bolsa de papel común y corriente donde estaba el dinero y la puso en la cajuela.
-“Nos vimos”-.
“Adiós, jefe, hasta mañana, que le vaya bien”-.
Cuando subimos al carro me dijo:
“¿Ya ves?. esta va a ser tu chamba. Tu vas a quedar en mi lugar”-.
“Oye ¿Y tú a quién le entregas el dinero?”-.
“A nadie. Lo guardo o lo meto al banco. Hay que tener varias cuentas. Pero cuando el gordo (el funcionario de la Secretaría de Salud) me dice: “Oye, hay que comprarle un carro nuevo a fulano de tal y mandárselo en nombre de mangano”, lo hago.
A veces me dice “hay que rentar una o dos motoconformadoras para que arreglen las calles de tal colonia”-, las rento.
A veces hay que mandar arreglos florales a las esposas de los funcionarios, arreglos caros, y lo hago.
El dinero no es mío. Dispongo de él, agarro para mí, pero tengo que dar resultados. Ese va a ser tu trabajo”-.
Le dije que no. Le dije que los iban a meter a la cárcel, pero se rió.
Me dijo que si no era yo… El puesto iba a ser para otro.
Mejor me regresé a Tamaulipas”.
-“¿Y los metieron al bote?”-, le pregunté.
Y me dijo: “Todavía no. No que yo sepa”-.
Es fue la charla que sostuve con el profesor amigo mío que, con suerte, todavía ande por ahí.
Ah…
Lo de las cuotas a “los jugueros”, fue antes, durante y después de ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, como jefe de gobierno del D.F.
Quizá ANDRES MANUEL no supo, como no saben muchas cosas algunos jefes de gobierno.
Pero de que eso existió, existió.

MAÑANA ESTARA EN TAMAULIPAS, ANTONIO MEADE
El gobernador EGIDIO TORRE CANTU, anunció en entrevista que este viernes, sostendrá una reunión de trabajo en la zona conurbada con el Secretario Federal de Desarrollo Social, JOSE ANTONIO MEADE KURIBREÑA, donde revisarán los avances de los diversos esquemas que se realizan en beneficio de las familias.
El trabajo de esta dependencia a través de la delegación estatal que encabeza MARIA DE LOURDES FLORES MONTEMAYOR, en estrecha coordinación con el Gobierno de la Entidad, generan beneficios para la población como la entrega de pensión económica bimestral a 153 mil adultos mayores a través del programa + 65.
Mensualmente por medio de 109 comedores comunitarios, otorgan más de medio millón de alimentos calientes a un precio simbólico de entre 3 y 5 pesos. Se da atención, cuidado y comida a más de 9 mil niños en 253 estancias infantiles; y con 3 x 1 para Migrantes, se realizan obras de infraestructura social para contribuir al desarrollo comunitario entre otros programas que se aterrizan en los 43 municipios.
Por hoy, es todo.

 

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