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Que los aviones aterricen y despeguen todos los días correctamente, ciertamente que no es noticia.

Noticia es que un avión se despiste o que suceda una desgracia.

Eso es lo que la gente, desafortunadamente, lee con más interés.

Que los estudiantes vayan a la escuela y saquen calificaciones de excelencia no debiera ser novedad: Es su obligación sacar buenas calificaciones. A eso van a la escuela. No van a la escuela a reprobar materias o a sacar cincos o seises.

Su obligación es sacar puros dieces.

Que no se puede, bueno… Hay que hacer el intento y sacar las mejores calificaciones.

Somos exigentes porque han sido exigentes con uno, aunque uno mismo no haya sido un dechado de virtudes.

En los tiempos en que un Presidente de la República era casi, casi, intocable, para decir que la política económica que se aplicaba no era lo más conveniente para el país, la crítica se enderezaba hacia el Secretario de Hacienda y Crédito Público.

Nunca hacia el Presidente.

LAZARO CARDENAS, durante su ejercicio gubernamental, tomó el control de los medios informativos cuando monopolizó el papel periódico (papel revolución, se llama) a través de la empresa paraestatal PIPSA (Productora Industrial de Papel S.A.).

A aquella empresa que osara enderezar sus críticas al Presidente, sencillamente no se le surtía papel.

Y haber. Cómo sacar el periódico si no hay papel.

Luego se modernizó el control de los medios a través de convenios de publicidad.

Y si algún periódico, revista, consorcio radiofónico y televisivo censuraba con rigor la política del Presidente… Ae le echaba abajo el contrato de publicidad y, tan, tan.

“No te pago para que me pegues”-, le dijo una ocasión JOSE LOPEZ PORTILLO al editor de la revista PROCESO.

Y PROCESO, la empresa, se las vio negras para cubrir sus compromisos pues hay que pagar sueldos, comprar los insumos como el papel, las placas, la película, la tinta, los químicos, la luz, el agua y encima… Los impuestos.

“Me están coartando mi libertad de expresión”-, decían algunos editores, porque no les pagaban sus convenios de publicidad.

Y la respuesta era sencilla: “Tu publica lo que quieras y busca clientes que les guste el trato sado-masoquista”-.

Cuando CARLOS SALINAS DE GORTARI fue Presidente de México y endureció a tal grado su política que llegó a la represión, encarcelando al otrora arrogante y soberbio líder petrolero JOAQUIN HERNANDEZ GALICIA, a líderes empresariales como AGUSTIN LEGORRETA y destituyó al líder de los trabajadores del magisterio CARLOS JONGUITUD BARRIOS, el miedo se apoderó de sus críticos.

A tal grado que, en una empresa regiomontana, se colocó la foto de SALINAS con la leyenda: “Este hombre no se toca”.

De ese tamaño.

Pero llegó VICENTE FOX con su bonachonería y sus desparpajos, aceptando la crítica grosera de ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR que le gritó un día: “¡Ya cállate chachalaca vieja!” y fue la gota que derramó el vaso.

De allí pa´l real, al grandote de Guanajuato le llovía en su milpita, un día sí y otro también.

Con FELIPE CALDERON las cosa siguieron igual al grado de que, por la prensa, por los columnistas más avezados y enterados, el pueblo supo que al Presidente FELIPE CALDERON le gustaba empinar el codo con BACARDI todas las tardes, en el fresco ambiente que dan los árboles de Los Pinos.

Si bien FELIPE se aventaba sus copetines, más temprano que tarde, para muchos columnistas, CALDERON ya era un auténtico guachicolero.

De AA (Alcohólico Auténtico) no lo bajaban. Aunque no fuera cierto, pero la fama ya se le había creado.

ENRIQUE PEÑA NIETO tuvo la mala fortuna de confundir al autor de un libro (La silla del águila de Carlos Fuentes y PEÑA dijo que era de ENRIQUE KRAUZE) y eso bastó para que sus malquerientes no lo bajaran de ignorante.

PEÑA nada tiene de ignorante.

Es abogado. Y que si ARISTEGUI encontró que en su tesis hizo cita de otros autores y no los entrecomilló, el responsable de eso bien pudo ser quien capturó el original… O la editora.

Lo de ARISTEGUI con PEÑA ya es personal.

ARISTEGUI sacó a flote el caso de LA CASA BLANCA.

Está bien. PEÑA reconoció ese error y ha tratado de enmendarlo.

¿Por qué se volvió personal el problema de ARISTEGUI con PEÑA NIETO?.

Porque ella insistió en seguir criticando, a veces sin fundamento a PEÑA y los dueños de la empresa donde hablaba ARISTEGUI, le rescindieron el contrato.

ARISTEGUI pegó el grito en el cielo, dijo que fue orden de PEÑA y que demandaría.

Finalmente nada ganó y si dejó de percibir un sueldo de UN MILLON 200 MIL PESOS, que mensualmente le pagaban.

Y como es natural, ahora sigue con la crítica contra PEÑA, por solo quítame estas yerbas.

No puede soltar una flatulencia PEÑA porque ARISTEGUI es capaz de decir hasta que fue lo que éste comió.

¿Eso es periodismo?.

A fe mía, no. Y hablo en primera persona porque así debe ser.

Digamos también lo bueno aunque, muchas veces, lo bueno no es noticia.

Ha, que amargarnos.

Ya de por si nos tiene amargados la falta de pagos…

 

Por hoy, es todo.

 

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