Dan el último adiós a víctimas del terremoto

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Los féretros de algunas de las víctimas del devastador terremoto pasaron por las calles para un funeral de Estado.
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En la ciudad central de Ascoli Piceno se congregaron para decir adiós a 35 de las 291 personas que han perdido la vida tras el sismo.

Agencias.

Ascoli Piceno.- Dolientes en Italia rezaron, se abrazaron, lloraron e incluso aplaudieron cuando los féretros de algunas de las víctimas del devastador terremoto que azotó el país pasaron por las calles para un funeral de Estado. Unidos en duelo como nación luego de tres días de tratar desesperadamente de salvar a cuantos fuesen posibles.

En la ciudad central de Ascoli Piceno se congregaron para decir adiós a 35 de las 291 personas que han perdido la vida hasta ahora debido al sismo.

Entre los 35 ataúdes colocados en un gimnasio comunitario estaban los féretros que contenían los restos de un bebé de 18 meses y una niña de nueve años, dos de los 21 menores que fallecieron cuando el temblor sacudió el centro de Italia el miércoles. Al funeral de Estado acudieron el presidente, Sergio Mattella, y el primer ministro, Matteo Renzi.

El obispo local, Giovanni D’Ercole, ofició una misa bajo un crucifijo que sacó de una de las iglesias dañadas en esa área pintoresca. Las emociones acumuladas durante días estallaron es un cúmulo de dolor. Muchas de las personas que estaban en el funeral se recuperaban aún de heridas sufridas en el sismo. Por todas partes se veía gente abrazada y llorando.

Los familiares de las víctimas se sentaron en sillas junto a los ataúdes de sus seres queridos o en el piso, con los brazos sobre los féretros, que fueron cubiertos de flores. A medida que los nombres de los fallecidos eran mencionados, cientos de personas afuera del recinto aplaudían en señal de solidaridad.

“Es una gran tragedia. No hay palabras para describirlo”, dijo Gina Ra-
zzetti, vecina de la localidad. “Cada uno de nosotros tiene su dolor dentro. Pensamos en las familias que perdieron parientes, que perdieron sus casas, que lo perdieron todo”, señaló.

En la homilía, D’Ercole afirmó: “Sólo unidos podemos reconstruir nuestros hogares e iglesias. Sobre todo, juntos podemos devolverle la vida a nuestras comunidades”.

Mientras se desarrollaba la misa, rescatistas seguían buscando entre los escombros de Amatrice, aunque reconocieron que cada vez disminuyen más las esperanzas de hallar sobrevivientes.

 

 

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