Dice que sonrío, eso lo afirma quien estaba frente a uno de los secretarios del actual gobierno, y que lo hizo al ver la noticia de la absolución del ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina a quien pretendían vincular a proceso por delitos como peculado, daño patrimonial, mal uso de recursos públicos, entro otros.
Poco a poco se le fue borrando la sonrisa, se le fue yendo la alegría, de entrada le recordaron que para meter al bote a una persona es suficiente con hacerle un expediente, ubicarlo, buscar a un juez o ministerio público que se preste para librar la orden de presentación y ya, le recordaron un caso de este mismo sexenio, el de Mario Ruiz Pachuca, todavía alter ego de Eugenio Hernández Flores y en su momento Jefe de asesores y comunicación social en el gobierno, al final el ex funcionario geñista fue absuelto porque no lograron probar nada pero sí se cumplió el capricho de alguien o el objetivo que tenían, mantenerlo en la cárcel por largos meses.
Luego le hicieron saber que el asunto contra Rodrigo Medina nomás es mediático, que nunca han pensado en meterlo a la cárcel y la prueba de ello es que el Juez rechazó una apelación de la Fiscalía Anticorrupción de aquel Estado con el argumento de que habían integrado mal el expediente, que no presentaron pruebas y solo utilizaron dichos.
La verdad por más que quieran sentirse tranquilos muchos de los actuales funcionarios públicos no van a librar tan fácil los problemas, menos los alcaldes o directivos de Comapa´s, incluso se habla de que en el poder legislativo andan buscando indicios de malversación de fondos.
Por supuesto, el caso del ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, en nada se parece a la forma tradicional como han trabajado los gobernantes en Tamaulipas.
Acá, de este lado, hasta hoy primero han metido a la cárcel a los ex funcionarios y luego se ponen a averiguar por qué.
Algo más, si entre los priístas se llevaban fuerte, si Cavazos, Tomás y Egidio metieron a la cárcel a hombres muy cercanos, política y afectivamente, del gobernador que les heredo el poder y les entregó todo, pues con mayor razón la gente exigirá que los actuales alcaldes y funcionarios de muy alto nivel sean llamados a cuentas y se les envíe a presidio para que se haga justicia.
Vaya, el gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca tendrá que hacer cumplir los deseos de la gente cuando votaron por ellos, entre otras cosas, demandaban un cambio, sí, pero sobre cualquier cosa, claman justicia.
Exacto, justicia para el pueblo significa “ver sangre”, gozar con la fotografía tras las rejas de algunos funcionarios o alcaldes corruptos.
Ahora, ¿cuándo será obligatorio llevar a alguien a la cárcel?, eso no lo sabemos, quizá de entrada para dar un golpe espectacular y agarrar, de una vez por todas, el poder y la voluntad de la gente, quizá el próximo año, a mediados, allá cuando se ande hablando de aspirantes a las alcaldías, Diputados Federales y los Senadores, tal vez hasta diciembre ya cuando esté empezado el proceso del 2018 y haya que recordarle a la gente que el PRI “es corrupto”, o quizá se haga por tandas, uno o dos en cada uno de esos tiempos, total, candidatos a pasar esos procesos sobran.
Hasta hoy el discurso del gobernador electo ha sido mesurado en ese tema, habla de que no serán guiados por el rencor sus actos de gobierno ni entrará a una cacería de brujas pero, ojo, igual menciona con insistencia la palabra firmeza, lo de aplicar la ley, de castigar a quienes se hayan llevado el dinero del pueblo a cuentas personales o se hayan prestado con el crimen para que este goce de impunidad.
Si, ya sabemos que allá en Nuevo León fue absuelto Rodrigo Medina, su ex gobernador, que al parecer no pisará la cárcel o por lo menos no hasta ahora, pero también sabemos que de este lado, en Tamaulipas, nunca se ha necesitado de muchas pruebas para meter a la cárcel a una persona cuando de caprichos o de exigencias políticas se trata.
Por tanto, los que se van no deberían estar tan tranquilos, menos los alcalditos que le apostaban a que el sistema continuaría vigente, tampoco funcionarios que saben que hicieron las cosas mal, no, no se confíen porque lograron que les aprobaran sus cuentas públicas en el Congreso y menos lo hagan porque la fiscalía de Nuevo León no quiere o no puede probarle delitos a un ex gobernador, acá es diferente, en Tamaulipas los votos son peticiones de justicia, de cambio, de aplicarle la ley a quienes se hayan robado el dinero del pueblo y créanlo que si se hace necesario serán los primeros en conocer la vida dentro de un reclusorio, para sintetizar, ninguno de ellos esta absuelto y hasta China estará cerca si es que los andan buscando y se esconden, y pa´l baila vamos.
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