Jóvenes con cáncer y las mujeres que desean postergar su maternidad más allá de los 40 años, tienen en la criopreservación de espermatozoides y de óvulos, un aliado para poder tener hijos en el futuro.
Agencias.
En conferencia de prensa, el fundador del Centro Mexicano de Fertilidad (CMF)- pionero en reproducción asistida desde 1991- Alberto Kably Ambe, dijo que esta técnica ha permitido tener descendencia a mujeres que recibieron tratamientos oncológicos que afectaron su salud reproductiva.
La más reciente investigación científica encabezada por él, demostró que espermatozoides preservados por más de 10 años a temperaturas de menos 80 grados centígrados, en viales o pequeños tubos sumergidos en nitrógeno líquido, pueden ser usados en reproducción asistida.
En el estudio se observaron espermatozoides de hombres que se sometieron a vasectomía, que fueron operados por otras razones, que recibieron tratamiento oncológico o que dejaron muestras almacenadas porque se mudarían a otras regiones.
Después de 10 años, entre 25 y 100 por ciento de las muestras recuperó su movilidad y morfología para ser usados en procedimientos de reproducción asistida.
Expresó que uno de los grupos que más puede beneficiarse de estas técnicas son los adolescentes que reciben diagnóstico de cáncer pues muchos de los tratamientos con radioterapia, quimioterapia y cirugía salvan la vida pero llegan a dañar la producción de células reproductivas o gametos.
«Actualmente más del 70% de los pacientes que fueron diagnosticados con cáncer en la adolescencia, tanto en hombres como en mujeres, sobreviven y llegan a la edad adulta. Algunos de esos pacientes pueden ver afectada su fertilidad durante su tratamiento oncológico», indicó.
Dijo que se ha platicado con los oncólogos para que cuando tengan un paciente adolescente que vaya a ser sometido a un tratamiento oncológico, lo envíen para guardar sus gametos; óvulos o espermatozoides, según sea el sexo.
Alberto Kably, ex presidente del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia, dijo que aún hay obstáculos culturales para aprovechar la preservación de la fertilidad, como el hecho de que ni los oncólogos ni los pacientes adolescentes con cáncer suelen considerar el riesgo de que un tratamiento severo pueda afectar su capacidad reproductiva.
«Es muy comprensible que un muchacho de 18 años que se entera que tiene cáncer no está pensando en su fertilidad, lo que quiere es curarse. Es por eso que en ese momento debe incidir sobre las familias y los médicos, para que le digan que se va a curar, pero que debe preservarse la fertilidad», añadió.
Mencionó que en México hay más experiencia en conservar espermatozoides que óvulos, ya que para estos últimos se requiere de un procedimiento más complejo. Sin embargo, la criopreservación de óvulos es útil para las mujeres que postergan su maternidad.
«Para asegurarles un embarazo de calidad lo que se hace es que entre más joven sean, de preferencia antes de los 35 años, dejen óvulos vitrificados, con un procedimiento que es poco agresivo y así ella se puede embarazar en sus años 40 con un pronóstico de salud del feto similar al que ella tenía cuando tenía la edad en la que se obtuvieron los óvulos», indicó.