Esperanza. . .

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Semana trágica, la pasada, en Ciudad Victoria, ejecuciones, enfrentamientos, levantados y, sin que sea el consuelo de tontos, hay que decir que  lo mismo ocurrió en muchos municipios de Tamaulipas.

Por fortuna nada es para siempre, el viernes concluyó una de las administraciones que más amargo sabor de boca ha dejado a los tamaulipecos, según la percepción ciudadana, la de EGIDIO TORRE CANTU, y con él se fueron 36 diputados y 43 presidentes municipales que prácticamente no sirvieron para nada, que fueron meras figuras de ornato, como tales nos salieron muy caros y lo peor es que a la hora de los resultados se notó que solo eran eso, pura decoración.

Para mayor fortuna ese mismo viernes regresó algo que nos urgía, que nos provocó felicidad, la esperanza.

Al filo de mediodía en el Congreso del Estado tomaron protesta 36 diputados y diputadas que tienen la obligación de regresarle la dignidad a ese Poder, de hacer que Tamaulipas tenga una legislatura que verdaderamente le ayude al Ejecutivo y no se conviertan en mera comparsa a cambio de muchos miles o millones de pesos para sus miembros y sus consentidos como ha sucedido tradicionalmente.

La tarea no es nada sencilla, ni siquiera tuvieron el mejor comienzo los diputados, ya que se dejaron mangonear y perdieron algo de lo que mucho han reclamado, autonomía para este poder, pero todavía queda poquita esperanza de que les surja la capacidad de trabajar mano a mano con el ejecutivo estatal.

La realidad es que de nada, o casi nada, sirve una Legislatura que dependa completamente del Ejecutivo, durante 86 u 87 años estuvimos así y los resultados explotaron de la manera más cruel para los tamaulipecos, causándonos inseguridad, ser víctimas de la violencia, presos en nuestras mismas casas a consecuencia de lo que dejaron de hacer los diputados y diputadas, como resultado de que en el Congreso no le cambiaban ni una coma a las iniciativas del Gobernador en turno, que les aprobaron todos los créditos posibles porque suponían una ganancia para sus cuentas y menos fueron capaces de fiscalizarlos.

A eso nos referimos con un Congreso que recupere la dignidad, a diputados que participen, analicen, estudien y trabajen para el Ejecutivo, haciendo buenas leyes, aprobando lo viable y corrigiendo o mejorando lo que se tenga que hacer, fiscalizando para que nadie lo sorprenda y, sobre todas esas cosas, que realmente cooperen para que FRANCISCO JAVIER GARCIA CABEZA DE VACA obtenga los mejores resultados, para que sea el mejor gobernador que haya tenido Tamaulipas, ya que solo de esa manera el pueblo podrá vivir en paz.

Por supuesto que hay esperanzas de que el Poder Legislativo vaya entendiendo su rol y no permita que los diputados deambulen por el congreso, esperando sus quincenas, compensaciones y demás sin hacer mucho para ganárselas, vaya, se trata de que realmente los pongan a trabajar, que los obliguen a estar con la gente, a escuchar, a ver, a sentir las necesidades del pueblo y en ese sentido que apoyen los trabajos del Ejecutivo.

Ese mismo viernes también regresó esperanza, y mucha, a Ciudad Victoria, de las horas aciagas pasamos a una toma de protesta de OSCAR ALMARAZ SMER que reunió a la clase política, a todos los pudientes de Victoria, a los liderazgos de las colonias y con un mensaje para hacer compromisos con sus electores, habló fuerte y claro del tema de seguridad, ofreció buscar la felicidad para los nuestros y  extendió la mano al siguiente gobierno estatal, más aún, con un mensaje de ABELARDO PERALES MELENDEZ, que fue el representante del gobernador FRANCISCO JAVIER GARCIA CABEZA DE VACA, que no solo tomó el saludo sino que le dijo a ALMARAZ que la prioridad será Victoria, su gente, sus empresarios, sus trabajadores, su pueblo, nuestra paz y felicidad.

Ya el sábado la esperanza llegó a su límite más alto de los últimos tiempos, a su clímax, fue cuando formalmente Tamaulipas estrenaba un gobernador, según las crónicas, que pudo reunir a toda la clase política y empresarial para tales efectos.

El discurso del nuevo gobernador gustó, más cuando habló de que no habrá borrón y cuenta nueva, que el pueblo demanda justicia ante la calamidad que vive y por tanto que quien la debe la va a pagar, más cuando habló de que habrá de gobernar para todos, sin miedos, sin rencores y procurando resultados en la forma más rápida posible.

Reconoció que la tarea no será nada fácil y que por ello no se habrá de distraer en el pasado en una cacería de brujas, que dejará hacer a cada dependencia su tarea, que cada tema llegará en su momento, en su tiempo y con la participación de todos.

Ofreció paz, tranquilidad, una Procuraduría con una propuesta de trabajo que garantizará a la gente emprendedora trabajar en paz, sin miedos a los secuestros o extorsiones, a las cuotas o levantones.

Al final fue el mejor fin de semana de los tamaulipecos en muchos años, se fue EGIDIO, que sin que sea toda su culpa, dejó un desastre de Estado, para suerte nuestra igual se cerró un ciclo y en ese momento se nos hizo efectiva aquella consigna de que nada es para siempre, que los triunfos y las derrotas no son eternas y que ese mismo proceso debe vivir la inseguridad, que deben regresar aquellos tiempos de paz, tranquilidad y progreso, por fin hay esperanza y lo que suceda dependerá en mucho del gobierno, pero también del trabajo de nosotros, solo una coordinación y confianza nos harán que la paz y tranquilidad sean muy duraderas.

 

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