A la llegada de Egidio Torre Cantú tres, de muchos nombres que sumó a su administración, llamaron poderosamente la atención y hubo esperanza de que las cosas comenzarían a hacerse bien, que cambiarían pues quienes llegaban era la gente mejor calificada en sus puestos, por lo menos, se pensó que habría un cambio y mucho dinero en esas áreas para sacar adelante los problemas.
El Doctor Diodoro Guerra Rodríguez fue uno de ellos, aterrizó como ex Director del Politécnico Nacional, amigo de infinidad de políticos, con un currículo impresionante en el tema educativo y con la experiencia de haber dirigido el Poli que se presumía más complicado que la SET.
El segundo nombre que apantalló fue el doctor Norberto Treviño García Manzo, con mucha experiencia en la Secretaría de Salud federal, en el Distrito Federal, como especialista de la medicina, hijo de ex gobernador tamaulipeco, ligas políticas por todas partes, eso, entre muchas otras cosas que se presumían sus virtudes.
Manuel Rodríguez Morales, que ocupó la titularidad de la Secretaría de Obras Públicas era la tercera estrella ya que tiene un currículo que no cabe en varias cuartillas, ex secretario particular de Secretarios de Estado del gobierno federal, ex subsecretario en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Sobra decir que los tres eran grillos de primer nivel, inteligentes, el tercero con más mala fama que los otros dos por haber sido padre de la famosa banda de delincuentes de cuello blanco denominada La Banda del Concreto y el Asfalto encabezada por los Valdez, a los que ahora acusan de estar saqueando el erario con la renta de predios que ya les han sido pagados millones de veces, y también estaba ahí Fernando Cano, que se presume es prófugo de la justicia al ser cómplice de Tomás Yarrington en muchos asuntos turbios.
¿Los resultados?, de regulares a malos, e incluso pésimos en algunas áreas, Diodoro ni siquiera fue capaz de enfrentar el tema de los aviadores o la venta de plazas, es más, no quiso ni rozarse con la gente de su Secretaría, cuentan que hasta se mandó hacer un acceso privado para no saludar a nadie de los trabajadores y permitió toda clase de saqueos, vaya, ahora mismo fluyen muchos documentos sobre una contadora que llaman Vicky Limas y a la cual le cuelgan el milagrito de traficar con plazas, beneficiar a su familia y ser protegida del ex secretario.
En la Secretaría de Salud por supuesto que se hicieron cosas muy buenas, sobre todo para proteger a la mujer, para que crecieran los hospitales, un trabajo de organización bastante bueno y encabezado por el Secretario pero hay actos de corrupción que lo opacan todo, directivos que desde palacio de gobierno fueron protegidos y alentaron el saqueo en la compra de materiales, también, otro pecado, fueron los aviadores que ahí pululan y que se hacen pagar cifras en miles de pesos tan solo por estar bonitas o bonitos, ahí agarraban de todo.
En obras públicas no cambio nada, es más, el Secretario ni siquiera se dio a la tarea de gestionar más recursos, nunca quiso actuar en beneficio de los tamaulipecos y las obras se siguieron destinando a los mismos de siempre y cuando no era así la razón era que alguien se dejaba pagar el diezmo, o más.
Los tres nombres vienen a colación porque el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca ha nombrado en esas áreas, para sustituir a estos “monstros” a personas con muy poca experiencia, un Secretario de Educación que apenas rebasa los 30 años, su trabajo más grande es la de ser rector de una universidad privada donde los maestros no causan problemas porque se van o son bien pagados y donde los alumnos pagan hasta por estar ahí, en Obras Pública llegó una mujer de la que no tenemos más datos en el tema y a la titularidad de Salud aterrizó Lydia Madero García, ex Senadora, ex muchas cosas en la política, a quien el PAN le debe mucho de lo que es, pero virtudes para estar en el área no le conocemos nada, o por lo menos nunca se preocupó de hacerlo saber.
¿Podemos esperar cosas terribles de los tres mencionados tan solo por su poca experiencia en el área que encabezarán?, la verdad no, una realidad es que los tres merecen la oportunidad en el entendido de que tendrán poco tiempo para comprobar su valía.
Quizá nos sorprendan gratamente, quizá ellos si tengan la capacidad y su carencia de compromisos los lleve a realizar las acciones necesarias para, de una vez por todas, estas áreas que son el pilar de cualquier administración, por fin den los resultados que se requieren.
Tamaulipas los necesita, a este hermoso Estado le urge que por fin se hagan las cosas y se corrijan vicios del pasado, aquí, en dos de estas tres áreas, comenzará la paz y la tranquilidad duradera de que le hemos urgido a los gobiernos, entonces, solo queda confiar en que los miembros del nuevo gabinetazo, en que querrán hacer currículo y demostrar que pueden hacer las cosas bien.
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