Algo, que no está del todo bien, pasa por la cabeza de la Presidenta Municipal, Maky Ortiz, pero también de sus regidores y síndicos allá en Reynosa.
Resulta que la presidenta, por la mañana, lanzó en forma innecesaria vía feis, ni siquiera con una llamada a autoridades correspondientes, peticiones de auxilio al gobernador argumentando que su municipio estaba inundado y en desastre cuando no llovió, según los reportes, más de una pulgada y media.
Lo que ocurrió con el Cabildo de Reynosa fue peor, presidenta incluida, después de los pleitos ahora se pusieron de acuerdo y le asestaron un golpe a la economía de todos los reynosenses al aprobar que se cobre un impuesto de 18 pesos mensuales para la recolección de basura.
Se autorizó por mayoría que dicho impuesto se cobre junto con el impuesto predial sin siquiera hacer un estudio, una consulta ciudadana o algo parecido, peor aún, sin mostrarle cuentas claras al pueblo de lo que está pasando en ese municipio o de la urgencia del dinero.
Le insisto, algo anda muy mal allá en Reynosa, primero el Cabildo le quita toda autoridad a la presidenta municipal y ahora resulta que se juntaron para aprobar hasta el cobró por la recolección de basura y el estacionamiento en la vía pública ya que se colocaran parquímetros o por lo menos eso parece en la llamada ley de ingresos municipal.
Tiene razón, la ciudadanía debe participar con los municipios para mejorar la calidad de los servicios, hacer más obra pública, tener una ciudad de primer nivel, esa clase de derechos o impuestos se pagan casi en todo el mundo y no tendría por qué ser diferente si es que queremos avanzar.
El problema es que en Reynosa no le pueden salir al pueblo con semejante locura, primero porque hay sospechas firmes de que el anterior alcalde saqueo las arcas municipales, también de la Comapa, y no se le ha buscado legalmente para que regrese lo que se llevo, que dicho sea de paso, las malas lenguas afirman que fue lo suficiente para convertirse en groseramente millonario y comprar hoteles de lujo en paradisiacos lugares del mundo, vaya, que sería suficiente para mantener con finanzas sanas a ese municipio.
Más aún, no se le puede cobrar un impuesto a la gente por recolectar la basura si no defines hasta cuándo, cómo, cuánto dinero pretendes recaudar, que harás con quien no pague su recolección de basura, entre muchas otras interrogantes.
Acertó, el tercer problema es que la gente deje de pagar el impuesto predial y el municipio quede en bancarrota por lo menos el año y medio que estarán en funciones las actuales autoridades, con todos los riesgos que ello conlleva.
En la capital de Tamaulipas, en Victoria, hace unos 18 años, cuando fue alcalde Enrique Cárdenas del Avellano, el Cabildo aprobó el cobro del alumbrado público, se autorizó por el Congreso y cuando estaba a punto de hacer efectivo notaron el rechazo de la ciudadanía, que ya se preparaba para no pagar, el gobernador de aquel entonces, Tomás Yarrington, ordenó que se le diera reversa a la intención del DAP, así le llamaron al impuesto o derecho que pretendían cobrar.
Resulta que Yarrington prefirió la paz con el pueblo que ver incendiarse el mismo, unos meses después llamó a Enrique a ser presidente del PRI, lo sacó de la alcaldía y ahí acabaron las intenciones de seguir cobrando el DAP.
Quizá Reynosa, al sufrir esos embates del Cabildo, también requiera quien la auxilie, tal vez sea necesario ver la mano del gobernador, por lo menos, para que se frenen medidas que pueden resultar impopulares, ofensivas para la gente que si bien voto por Maki Ortiz lo hizo confiando más en el proyecto de Francisco Javier García Cabeza de Vaca que en el de la mujer y el Cabildo que nadie, o muy pocos, conocen en aquel terruño.
Obvio, pueden cobrar derechos de alumbrado, por recolección de basura, sancionar a quienes provoquen daños en estos servicios o a la vía pública, pero lo primordial es que cumplan con lo que les pidió el pueblo con el voto, y créalo, en Reynosa no sucede, más aún, ni siquiera tienen una ciudad en la que diga uno están cumpliendo y hay que colaborar, no, todo lo hacen al tanteo.
En resumen, será un suicidio político el permitir que Maky y sus muchachos del Cabildo sigan ese camino, cobrar por la recolección de basura, quizá hasta se provoquen manifestaciones que frenen el desarrollo de una ciudad que crece a mil por hora, y no es porque la gente se niegue a participar sino que han notado que las autoridades solo sirven para llevarse el dinero de ellos y no para utilizarlo en forma correcta.
Ese ataque del Cabildo de Reynosa a su gente merece una respuesta puntual de las autoridades estatales, del gobernador, sobre todo porque la gente voto por él y creemos que merece mejor trato.
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