Peña y Cabeza, felices con Trump

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***   Los gringos tienen su Paquetito

***   Trump deja tambaleante al peso

***   También son gritones y webones

***   La cooperacha la trae Viejidio

***   Divorcio de sociedad y medios

 

Cd. Victoria.- Sin temor a equivocarnos, dos personajes esbozaron sendas sonrisas sardónicas y triunfalista tras conocer, en los primeros minutos de este miércoles, el resultado de las elecciones en Estados Unidos.

Por supuesto, uno es el inquilino de Los Pinos, ENRIQUE PEÑA NIETO, quien seguramente con un “se los dije” voltearía a ver a todos y cada uno de los que lo criticaron por abrirle las puertas al odioso hoy mandatario electo norteamericano.

Vaya usted a saber quién fue el pitoniso que le aconsejó acercarse a DONALD TRUMP.

Ahora, que si el patán TRUMP va a tener consideraciones por el gesto del mandatario mexicano, es otra historia.

El otro mexicano feliz por el triunfo republicano en gringolandia debe ser el gobernador de Tamaulipas, FRANCISCO GARCIA CABEZA DE VACA.

Y no porque le beneficie o le perjudique el arribo de TRUMP a la Casa Blanca (la gringa), sino porque el partido Republicano ratificó su hegemonía en Texas.

Y no debe olvidarse que buena parte del apoyo político, publicitario, policiaco y eventualmente hasta económico le llegó a GARCIA CABEZA DE VACA desde Texas.

Incluso, en la zona sur de aquel estado, colindando con nuestro Tamaulipas, el hoy gobernador dedicó largas jornadas de trabajo despuesito de haber ganado los comicios del 5 de junio.

Recuérdese que, siendo la violencia y la inseguridad la principal queja de los tamaulipecos, el hoy gobernador de Tamaulipas presumió sus relaciones con Texas y prometió crear cuerpos policiacos de élite, precisamente preparados en Estados Unidos.

Luego entonces, no todo mundo está triste por los resultados en yanquilandia.

 

CHISMOGRAFIA: Contra lo que muchos suponían, calculaban, pronosticaban y con ello aterraban, el peso mexicano no se derrumbó con el triunfo de DONALD TRUMP como sucesor del negrito BARACK OBAMA.

Si bien a medida que se ladeaba la balanza para el lado republicano, la paridad peso-dólar rebasaba los 20.50 por uno, para la mañana del miércoles, con las instituciones bancarias funcionando, bajó a 20.10.

Ciertamente, por encima de los 19.60 con que había cerrado la jornada previa, pero no de la manera escandalosa que se temía.

Otra: el ‘efecto TRUMP’ afectará de manera singular a la frontera gringa con México.

Desde Brownsville hasta San Diego, pasando por El Paso, Laredo y McAllen-Mission, serán muchos menos los mexicanos que, primero, se arriesguen a sufrir la pérdida de visa por las bravuconadas de TRUMP.

Y, luego, porque con el encarecimiento del dólar serán más complicadas las compras. De modo que el ‘efecto TRUMP’ afecta al sur de gringolandia, sin compradores mexicanos.

¡Y en pleno cierre de año, con sus fiestas navideñas incluidas!

Una duda pervivirá por mucho tiempo: ¿por qué no noqueó HILARIA al ‘trompudo’ en ese segundo debate, cuando tenía al republicano contra las cuerdas, con la guardia baja y ‘boqueando’?

Por otro lado, recordemos que en gringolandia, el inquilino de la Casa Blanca (la gringa) no es omnipotente como el de México.

En nuestro país, el jefe de la Nación hace lo que le pega su regalada gana, sin inmutarse.

Puede robar, mandar matar, abusar del pueblo, errar en sus decisiones y nada pasa.

En yanquilandia, el mandatario nacional es meramente un gerente, donde sus decisiones o propuestas deben pasar por un Poder Legislativo realmente independiente.

Y ese Poder Legislativo, con representantes (lo que acá serían diputados) y senadores que no necesariamente tienen la representación popular, sino de los sectores o empresas que les financian sus campañas.

Por ello, ante las amenazas del muro fronterizo, las deportaciones masivas y la cancelación de envíos de divisas a México, ‘de lengua me como un plato’, diría la abuela Trine.

Ora que, si se anima TRUMP a levantar el muro, no estaría de más que representantes de nuestro país fueran viendo el modo de que el contrato se conceda a una de las empresas del VIEJIDIO TORRE.

En una de ésas y se cae a los tres meses.

Y, bajo aquello de que ‘perro que ladra, no muerde’, allí está el discurso (bastante decente, para su estilo) de candidato triunfante.

A propósito, ante el inesperado triunfo de TRUMP, no podía faltar el ingenio mexicano, retratado en los clásicos ‘memes’ en las redes sociales:

“Nuevo deporte nacional: salto de muro”.

“Duda mortal: el pago del muro ¿nos lo descontarán vía nómina, o tendremos que depositarlo en el Oxxo?”.

“¿Se preocupan por la paridad del peso? El peso se tambalea hasta con la luna llena”.

“Díganle a TRUMP que la cooperacha que hicimos para el muro se la llevó VIEJIDIO”.

Ah, raza.

En otro apunte, resulta que HILLARY nunca estuvo arriba en las encuestas de salida, salvo cuando se anunció el cómputo del primer estado, con 3 votos electorales, que fueron para ella.

De allí en adelante, nunca alcanzó a su rival.

Por otro lado, los resultados obligarán al propio establishment norteamericano a darle una revisada a su muy particular democracia.

Sin duda, valdría la pena analizar qué tan perfecta es la democracia gringa que han querido imponer como modelo y pretexto para meter su cuchara en todos lados.
Sin olvidar que en gringolandia saben y entienden las reglas del juego y las acatan en lo posible, no como en otros países (México incluido), donde los actores políticos participan para ver quién tiene mayor ingenio y eventual éxito en violarla.
Y, definitivamente, respetan su sistema, y si hay trampas, se aguantan, para no abollar su imagen de demócratas ante el mundo.

Usan el recurso de las instituciones legales, a las que dan obediencia.

No como otros.

En ese sentido, como es sabido, el sistema electoral yanqui no da el triunfo al candidato por quien voten más electores, sino en un mecanismo que pocos mexicanos entienden, al final, los millones de sufragios se circunscriben a 538 votos electorales.

Y resulta relevante que en todo el siglo XX no hubo discrepancias entre las dos votaciones (la de la ciudadanía y la del Colegio Electoral), mientras que en el XXI, en solo 16 años, ha sucedido 2 veces, ambas con votaciones muy cerradas.

En el 2000, cuando GEORGE BUSH JR., con el apoyo de su hermano JEFF, a la sazón gobernador de Florida, ganó (con ‘fraude patriótico’) a AL GORE, en final de película. Muy similar al que los mexicanos vivimos cuando ‘haiga sido como haga sido’, FELIPE CALDERON pasó sobre El Peje LOPEZ OBRADOR, en 2006.
En este 2016, DONALD TRUMP relevará al negrito BARACK OBAMA pese a haber recibido menos apoyo popular que HILARY CLINTON.

La representante demócrata alcanzaba 59 796 265 votos, contra 59 589 806 del republicano.

Es decir, poco más de 200 mil de diferencia ganadora para la ex primera dama.

En los votos electorales, por la madrugada, TRUMP se agenciaba 290 por 228 de su rival, por lo que no era necesario esperar a la suma de 538, pues el odioso empresario superaba fácilmente los 270 que le daban la mitad más uno.

En el cómputo completo, ya para la tarde del miércoles, TRUMP consiguió 306 votos electorales contra 232 de HILLARY.

Por otra parte, al final de cuentas, ‘el efecto TRUMP’ dio al partido Republicano la mayoría en ambas cámaras legislativas.

En la de Representantes (especie de diputados) alcanzó 239, por 193 de los demócratas, cuando para hacer mayoría se requieren 218 curules.

En la de senadores, los republicanos apenas llegan a los 51 que se requieren para hacer mayoría, dejando a los demócratas con 48 escaños.

Más o menos el mismo ‘efecto FOX’ que los mexicanos conocimos en el 2mil, cuando VICENTE FOX obtuvo casi 16 millones de votos para sacar a patadas al PRI de Los Pinos, con mayoría en San Lázaro y respetable presencia en el Senado.

Capital político que ‘el alto vacío’ dilapidó a base de estupideces, ignorancia y megalomanía.

A grado tal que en la elección intermedia perdió esa representatividad en las cámaras y debió aprobar un escandaloso fraude electoral para no entregar el Poder a la izquierda que representaba ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR.

Ahora, TRUMP debe tener su vista puesta en el 2020, pues allá los períodos presidenciales son de cuatro años, con derecho a una reelección.

Eventualidad ésta, por cierto, que no todos los mandatarios gringos han logrado.

A ver con qué les sale TRUMP a aquellos casi 60 millones de gringos que le dieron el voto.

‘No es lo mismo atrás que en ancas’ (la abuela Trine dixit).

A todo esto, de haberse dado el empate como ayer aquí lo sugeríamos, la decisión habría quedado en la Cámara de Representantes (los diputados de acá), controlada por el Partido Republicano. Además, se emite un solo voto por estado y TRUMP ganó en la mayoría, de modo que el triunfo de TRUMP parecía inevitable.

En el mismo tenor, la raza trabajadora mexicana dio muestras de congruencia política en los comicios gringos de este martes.

Por lo menos sí en California, donde el voto abrumadamente mayoritario fue para HILLARY CLINTON.

En cambio, la gusanería de Florida resultó como muchos mexicanos de las redes sociales.

Muy gritones, pero más webones, y sucumbieron ante la palabrería de TRUMP.

Finalmente, y dígase lo que se diga, con el triunfo de TRUMP se dio la enésima exhibida a las empresas encuestadoras, que jamás previeron esa posibilidad.

Está visto que medios de comunicación y encuestadoras viven una relación bastante alejada de la realidad popular.

 

P.D.- Ciertamente, como los tamaulipecos con BALTAZAR HINOJOSA, los gringos con HILARIA CLINTON ya tienen también su ‘paquetito’.

Al final de cuentas, la candidata demócrata resultó tan vacía (VIEJIDIO dixit) para los gringos, como el exalcalde de Matamoros para los tamaulipecos.

Así, si BALTA es El Paquetito, doña HILARIA es The Little Packaging.

Sale… y vale.

 

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