Anda extraviado. . .

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Hace algunos años la Universidad Autónoma de Tamaulipas se dio a la tarea de preparar a sus docentes y de traer a sus aulas a doctores en diversas áreas del conocimiento a impartir cátedra.

De los que se fueron a estudiar al extranjero y a otras universidades del país algunos aprendieron, se hicieron expertos en diversas materias, incluso competían en conocimientos con los mejores catedráticos de instituciones privadas y públicas del país.

Y sin embargo la UAT conservó todavía mucho tiempo su etiqueta de inútil, si, sus maestros sabían mucho pero no aplicaban el conocimiento, no eran capaces de aterrizar en la sociedad para hacerla crecer, vaya, daba la impresión de que se tenía un ejército de sabios viviendo en el cielo del presupuesto.

Alguien se dio cuenta de ello y poco a poco quiso sacudir su estructura, quitarle lo inútil al conocimiento de la única forma que es posible, aplicándolo para el mejoramiento de nuestra sociedad.

Veterinarios, agrónomos, trabajadores sociales hace un par de años, poquito más, se fueron a las comunidades a desarrollar experimentos con granjas familiares que servían para generar dinero y alimento, médicos, químicos, biólogos y especialistas de otras áreas hoy hacen estudios para crear vacunas contra enfermedades nuestras, atacar el cáncer con mayor eficiencia, desarrollar huesos y fortalecer nuestros sistemas inmunológicos.

Igual vemos expertos de la UAT en estudios de uso de suelo para trabajar con Pemex, para conservar la vida silvestre, para desarrollar proyectos sustentables en comunidades que antes acababan son sus bosques o animales de caza sin darse cuenta que a ese ritmo reducían su bienestar futuro.

No hace muchos años que los expertos de la UAT empezaron a tocar tierra y por lo tanto todavía hace falta movilizar a mucha de su mente de obra, aplicarlos a profundidad, por ejemplo, en un estudio social, económico y cultural que pueda diagnosticar nuestras ciudades, nuestras comunidades, nuestros pueblos, que encuentren una solución a la inseguridad, la violencia, también a los precios de nuestros granos, frutos, o evitar las enfermedades que nos azotan.

Es correcto, hasta hace poco nuestra universidad estaba deshumanizada, sin alma, tanto que por muchos años le sobraba información pero le faltaba trabajo a su gente, todavía le hace falta poner a todos sus doctores, maestros, y licenciados en acción, mover a esos que dicen tener conocimiento aunque no pase de ser acumulamiento de información incapaz de trascender, de hacerse útil a nuestra sociedad, pero van en ese rumbo.

Vaya, se están enterando que el conocimiento sin aplicarse no es nada, que el conocimiento sin sensibilidad, sin desarrollar su sentido humano no pasa de ser acumulamiento inútil de cosas.

Sirva el ejemplo para detallar lo que ocurrió la semana pasada con el Subsecretario de educación Julio Pimienta Prieto que anunció a los directivos de escuelas que se suspendían en horarios de clase todos los festivales, rondas, ensayos, encuentros de cualquier índole, concursos y hasta advirtió que se tendría que tener mano dura contra quien osara violar sus reglas.

Si, como la vieja universidad que teníamos el subsecretario no está enterado que está formando seres humanos, que no hará científicos en la escuela primera, más aún, que ya caducó esa forma de hacer competir a los niños y se requiere fomentar la solidaridad, el humanismo, la convivencia, nuestras tradiciones, la cultura, artes, los deportes, vaya, la primaria tiene que ser un semillero donde los expertos encuentren la vocación de cada muchacho no solo sitios donde se encierre a los niños en las aulas para que lean y hagan problemas.

Anda extraviado el señor Pimienta Prieto con su intención de acabar con nuestras tradiciones y cultura, peor aún, pensando que una pastorela, el aprender a cantar o bailar, las rondas y la convivencia no son parte del la educación que deben recibir nuestros niños y condenarlas a desaparecer.

Tal vez sea necesario revisar los contenidos de esas pastorelas, de las canciones que se bailan o cantan, de la forma de fomentar el arte o los deportes, ándele, ese si es tema del subsecretario, y también debe corregir su idea de que todas esas actividades riñen con la educación o deterioran en el nivel educativo cuando todos sabemos que lo que se requiere es tener a los maestros en constante capacitación y evaluaciones, las escuelas en mejores condiciones y a evitar que a los niños les haga falta algo en su formación.

Por fortuna el pueblo de Tamaulipas se enteró a tiempo del pensamiento del subsecretario, por fortuna el Secretario de Educación, Héctor Escobar Salazar, mostró su visión del tema y su orden fue seguir fomentando la convivencia, las tradiciones, el arte y la cultura que representan los festivales y que estos se desarrollen conforme a los programas de cada escuela, por suerte hubo tiempo de corregir y ahora nos toca vigilar mejor todo lo que sucede en el área, porque, le insisto, solo la educación nos podrá sacar de donde estamos.

 

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