El pago del impuesto vehicular será por 5 años, considerando depreciación y subsidio, determina el Congreso del Estado.
El impuesto sobre la tenencia vehicular se habrá de cobrar únicamente durante cinco años, para los vehículos posteriores al modelo 2011, se concederá un subsidio del 30 por ciento, y además el cobro se hará sobre el valor de depreciación de la unidad.
En la Ley de Hacienda del Estado se conserva el impuesto sobre la tenencia vehicular, pero contemplará una serie de cambios como es que tal impuesto será únicamente para los vehículos de los modelos de los últimos años.
Así se reduce el lapso de años, por el cual se cobrará la tenencia de un vehículo. Antes era de 10 años, ahora solo será de cinco años.
Además se otorgará un subsidio del 20% para aquellos propietarios de las unidades automotrices que se encuentren al corriente de los pagos. Para efecto del cobro se habrá de considerar el valor de depreciación del vehículo.
La diputada Ana Lilia Luévano (PAN), que hizo la exposición, planteó que el cobro del impuesto sobre tenencia vehicular se aplicará sobre el excedente del valor subsidiado de 250 mil pesos y considerando además la depreciación.
Para los vehículos 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016 tendrán un subsidio del 30 por ciento, durante el ejercicio 2017.
Para los contribuyentes con adeudos por tenencia de los ejercicios 2012 al 2016 se otorgará un descuento del 20 por ciento.
De igual forma, se estará otorgando de manera general un descuento del 100 por ciento a quienes acumularon multas, recargos, actualizaciones o cargos por gastos de ejecución y cobranza durante los ejercicios 2012 a 2016.
La fracción parlamentaria del PRI en el Congreso, insistió en demandar la desaparición del impuesto, ya que los estímulos fiscales relativos al pago de tenencia son insuficientes de lo que espera la ciudadanía.
El diputado Anto Adán Marte Tláloc Tovar García (PRI), insistió en que se debe eliminar de una vez por todas este impuesto que ya no se cobra en muchos Estados del país, y pone en desventaja competitiva al estado y lastima la economía familiar de muchos tamaulipecos, quienes realizan un gran esfuerzo para cumplir con los pagos mensuales de los créditos que adquieren o han adquirido para hacerse de un automóvil que los pueda transportar.