Chile, ante el peor desastre forestal de su historia

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Agencias.- Chile se quema. La peor ola de incendios en el país sudamericano afecta ya a más 162.000 hectáreas y varios cientos de personas han sido evacuadas en las regiones centrales del país, una zona declarada «catastrófica» por la presidenta Michelle Bachelet, para quien Chile afronta un «desastre forestal» sin precedentes. Las llamas amenazan algunas reservas naturales, como el Parque Nacional de Ruiles, en la región del Maule.

La mayoría de las hectáreas quemadas en los últimos días corresponden a cultivos agrícolas y pastizales, pero también se han calcinado grandes extensiones de pinos y eucaliptos y zonas de bosque nativo. Según la Corporación Nacional Forestal (Conaf), hay cerca de 40 incendios activos en las regiones de O’Higgins, Maule, Biobío y otras áreas del centro del país.

Ante el riesgo de que el fuego llegue a los parques nacionales, el Gobierno ha decidido cerrar provisionalmente el acceso a algunas reservas naturales próximas a los focos de incendios. Según un comunicado de la Conaf, con el cierre preventivo de 43 unidades de áreas silvestres protegidas se busca «minimizar este riesgo a cero para seguir protegiendo y conservando la gran biodiversidad presente en estos territorios». La decisión se produce en plena temporada estival, con un gran número de turistas acampados en las reservas naturales.

A los responsables del medio ambiente les preocupa especialmente un incendio en la región del Maule que ha consumido ya más de 14.000 hectáreas y amenaza la Reserva Nacional Los Ruiles, donde se encuentra el único reservorio de ruiles (especie endémica de Chile) en el mundo. Con el cierre de esas áreas silvestres, el Gobierno quiere prevenir también que se produzcan nuevos focos de incendios. Las autoridades creen que muchos de esos incendios han sido intencionales y ya se han presentado querellas contra varios de los diez detenidos bajo la acusación de haber provocado focos de fuego.

En la propagación de las llamas ha servido de combustible el denominado factor 30-30-30 (la temperatura superior a los 30 grados, los vientos de más de 30 kilómetros y la baja humedad de menos del 30%).

Para combatir los incendios, el Gobierno de Bachelet ha desplegado a cerca de 4.000 personas entre brigadistas, bomberos voluntarios, efectivos de las Fuerzas Armadas y personal de los municipios afectados. Además, hay 45 aeronaves (entre aviones y helicópteros) trabajando en las áreas con focos activos. Sin embargo, ese esfuerzo parece insuficiente para hacer frente a tanta desolación, que ha dejado ya al menos cuatro muertos, decenas de heridos y evacuados, cientos de animales muertos y varias decenas de casas destruidas, además de las miles de hectáreas forestales arrasadas.

En ese estado de emergencia nacional y con no poca polémica ha llegado a Chile el Supertanker, el avión-tanque más grande del mundo, con capacidad para unos 75.000 litros de agua. El traslado del avión desde Estados Unidos y las tareas operativas que realice en Chile serán financiadas por la millonaria chilena Lucy Ana Avilés, esposa de uno de los grandes magnates estadounidenses, Benjamin Sharpe Walton, nieto del fundador de la cadena Walmart.

Entre los técnicos del Gobierno chileno había discrepancias sobre la efectividad de un avión de esas características para sofocar incendios en zonas escarpadas, muy abundantes en la región central de Chile. Pero la magnitud del desastre forestal ha orillado esos recelos y el Supertanker ha entrado este miércoles en acción en la región del Maule, visitada hoy también por Bachelet.

Los incendios declarados en Chile desde que comenzó la temporada, el 1 de julio, han arrasado 254.000 hectáreas, una cifra cinco veces superior al promedio anual. La dificultad para sofocar una ola de incendios como la que sufre el país ha llevado a varios expertos, consultados por el diario El Mercurio, a coincidir en que Chile no está preparado para este tipo de crisis.