El secretario de Seguridad Pública, estimó que los avances en la materia, se comenzarán a sentir en dos o tres años.
Por Lupita Alvarez
El secretario de Seguridad Pública en la entidad, Luis Felipe López Castro, estimó que los avances más palpables en materia de seguridad, se comenzarán a sentir dentro de dos o tres años y reconoció que la percepción que en estos momentos tiene la ciudadanía, no es la del nivel que ellos quisieran.
“Una seguridad que ya sea más notoria, donde la gente pueda afirmar ya estamos seguros, que nos va a llevar en el mejor de los casos dos años o tres, pero usted en su casa ahorita debe sentirse más segura”, dijo tras asegurar que la seguridad ha mejorado comparativamente con los años 2010 y 2011.
Entrevistado al asistir al evento por el 104 aniversario del Ejército Mexicano, el funcionario estatal insistió en que la seguridad ha avanzado aunque los ciudadanos no lo perciban así, por lo que insistió, será dentro de dos o tres años cuando la seguridad será real, sensible, palpable para la mayoría de los tamaulipecos.
Recordó que la estrategia de seguridad va a estar plasmada en el plan estatal de desarrollo, “porque la seguridad es uno de los ejes que va a marcar todas las líneas de acción y estrategias a alcanzar, entonces eso nos va a permitir que ustedes vean todas las opiniones de las seis reuniones que se realizaron para hacer estas mesas”, dijo.
Por último adelantó que este lunes en apoyo de los policías de proximidad y con el fin de prevenir la incidencia de delitos entre jóvenes que estudian la secundaria realizarán revisiones, instalarán arcos detectores de metales y policías desarmados, además aclaró, no revisarán las mochilas de los estudiantes.
“Primero en Victoria y luego nos iremos a otros municipios, a la vez que vamos a colocarnos en la puerta un grupo que va a evaluar las condiciones de las escuelas, después de dos o tres días entregaremos al director acciones que deberán seguir», dijo y añadió que es en las escuelas secundarias donde los jóvenes corren más riesgo de incurrir en delitos.
