Bautizado con el nombre de Sweptail, se trata de un guiño estilístico a la historia de la marca
Agencias
México.- Los fabricantes de automóviles han encontrado en la personalización de los vehículos a medida de cada cliente en una gran fuente de ingreso. En la mayoría de los casos, se trata de un negocio adicional en el que los usuarios buscan diferenciarse de sus pares a través de detalles estéticos exteriores o terminaciones interiores especiales. Casi siempre, estas opciones están dentro de un menú diseñado de antemano por la propia marca. Pero hay gente que siempre quiere más y tiene más para obtenerlo. Este es el caso del cliente que se mandó a construir un Rolls-Royce único, denominado Sweptail.
Presentado en el Concorso de Eleganza de Villa D’Este, en Italia, se trata de un modelo del que se hizo una sola unidad, bajo pedido exclusivo de un cliente. Este individuo se acercó a la marca con su propia idea de un Rolls-Royce de dos asientos. Bautizado con el nombre de Sweptail, se trata de un guiño estilístico a la historia de la marca, ya que su cola está inspirada en el remate que tenían algunos Rolls de los años veinte.
Según The Telegraph, el Sweptail terminó teniendo un precio de 10 millones de libras esterlinas, que significan casi 13 millones de dólares. De esta manera, y dejando de lado vehículos clásicos comprados en subastas, se transformaría en el auto más caro del planeta, dejando muy atrás al exclusivo Bugatti Chiron, el «superauto» del momento, que cuesta casi tres millones de dólares.
A diferencia de la mayoría de los modelos de la marca británica, este modelo, cuyo proyecto nació en 2013, está claramente diseñado para disfrutarlo al volante y no siendo llevado por un chofer. La empresa no dio a conocer la identidad del afortunado propietario, pero aclaró que se trata de «un conocedor y un coleccionista de artículos únicos, incluyendo superyates y aviones privados».
A la tradicional parrilla cromada de Rolls-Royce, este modelo añade un remate muy particular en el sector trasero, con una luneta en forma de V que llega hasta el final de la carrocería y que deja a la vista un magnífico trabajo en madera, cuero y metal. Según los diseñadores, este es un homenaje a los exclusivos yates deportivos que inspiraron al cliente.
Sin embargo, una de las características más llamativas de este Rolls es su techo de vidrio ininterrumpido, solicitado especialmente por el cliente. Se trata de uno de los más grandes y más complejos jamás vistos en un automóvil, ya que va desde el inicio del parabrisas hasta el final de la luneta y permite que la cabina se inunde con luz natural.
El interior está regido por una filosofía de simplicidad y minimalismo que la marca describe como una «destilación de componentes y una purificación del desorden». Distintos tipos de maderas crean contrastes visuales y táctiles para el propietario, algo clásico en la marca. Sin embargo, todas sus formas son completamente modernas, que se hacen eco de las líneas exteriores, creadas a mano para rodear a los ocupantes con materiales naturales.
Oculto en las paredes exteriores a cada lado del auto, detrás de la apertura de las puertas, hay dos maletas idénticas. Cada maletín, cuando está activado, se despliega hacia adelante para presentar una caja hecha a medida del propietario que ha sido cuidadosamente embalada para alojar exactamente su dispositivo portátil personal. Cada maletín ha sido construido a mano utilizando fibra de carbono y envuelta en el cuero más fino que coincide con el interior de Sweptail y detallado con clavos de aluminio y titanio mecanizado y cerraduras.
En la consola central se aloja un mecanismo que, con sólo tocar un botón, desplegará una botella de champaña favorita del cliente y dos copas de cristal para degustarlo. A medida que se abre la tapa de la pequeña heladera, la acción mecánica articula la botella a la posición perfecta para que el propietario la pueda tomar.