Don Emilio no olvida aquel fatal accidente

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Albañil del panteón municipal relata tragedia ocurrida en la ‘Cuesta de Llera’ en la que murieron 17 personas.

Por Jacqueline Cárdenas
A lo largo de más de 70 años, la carretera vieja conocida como la “Cuesta de Llera”, ha sido testigo de decenas de accidentes automovilísticos en donde incalculable número de personas han perdido la vida, debido a la peligrosidad de esta carretera que está llena de curvas en un tramo de aproximadamente 60 kilómetros.
Para don Emilio Vázquez Zapata, albañil de 80 años de edad, no hay mayor tragedia que haya enlutado al pueblo como el accidente ocurrido en la Cuesta de Llera en el año de 1960, donde perdieron la vida alrededor de 17 personas, menciona que entre los fallecidos había también niños pequeños que fueron consumidos por las llamas.
Don Emilio actualmente está jubilado, pero cada fin de semana visita el panteón del Cero Morelos, donde a veces le salen trabajos de albañilería. Asegura que a casi 60 años de la tragedia, sabe de memoria como encontrar el lugar donde fueron sepultados los restos de las personas que fallecieron en el brutal accidente, que al final de cuentas, dijo “todos quedaron juntos en un solo lugar”.
Mientras Emilio caminaba entre las tumbas hace un relato de lo que sabe del accidente, según como lo recuerda y vio en los periódicos de la época, además afirmó que entre él y un compañero cavaron la fosa donde depositaron todos los cadáveres.
Era el mes de enero de 1960, don Emilio hacía poco tiempo que había cumplido con una condena en el penal de esta ciudad por un delito menor y al salir empezó a hacer trabajos de albañilería y cavar los pozos de la fosa común en el único Panteón Municipal de aquella época, el Cero Morelos.
Cuenta que la noticia salió en todos los periódicos de la ciudad. Un camión de pasajeros se salió del camino y se volcó en la Cuesta de Llera. El fatal accidente cobró la vida de 17 personas que murieron al instante.
El accidente ocurrió en la Cuesta de Llera por alguna falla mecánica, varias personas iban en un autobús de los Flecha Roja que estaban antes en la calle 8, cuando no estaba la Central de Autobuses. No te puedo asegurar para donde iban, de eso no me acuerdo, pero quedó solo una persona con vida, lo sé porque era un compadre de mi mamá, se llamaba Fabián Rivera y después del accidente anduvo todavía dos años en Victoria con varias quemaduras en el cuerpo”.
Mencionó que el lugar donde ocurrió el accidente siempre se le conoció como “La Herradura” y de la causa del accidente no se supo exactamente cual fue, se sospechaba que el chofer iba a exceso de velocidad o que el camión tuvo una falla mecánica.
Al llegar al lugar donde fueron sepultadas las personas que murieron en el accidente, don Emilio limpió el polvo para que se pudieran apreciar los nombres, pero por lo viejo del mármol no le fue posible.
El señor Fermín Manríquez y yo cavamos la fosa, la hicimos grande de forma cuadrada para que se acomodaran las siete cajas, porque a las 17 personas las metieron en siete cajas, eran solo los restos que quedaban de ellos, porque mucha gente quedó prácticamente irreconocible”. Cuando acabamos nos retiramos del lugar porque no tuvimos el valor de ver sufrir a los familiares durante el sepelio”, finalizó.

SABÍAS QUÉ…

Era el mes de enero de 1960, don Emilio hacía poco tiempo que había cumplido con una condena en el penal de esta ciudad por un delito menor y al salir empezó a hacer trabajos de albañilería y cavar los pozos de la fosa común en el único Panteón Municipal de aquella época.