Dualidad de criterios

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-Por “problemas personales” asesinaron a Salvador Adame
-Familiares exigen un segundo dictamen pericial
-Nuevamente: parece lo mismo…..pero no es lo mismo

DE acuerdo al informe de la Procuraduría de Justicia del estado de Michoacán, el asesinato del periodista SALVADOR ADAME PRADO incrementaría el registro puntual de homicidios ligados a medios de comunicación, aunque no necesariamente que el móvil tenga que ver con el ejercicio de la actividad periodística.
Según el responsable de la procuración de justicia michoacana, JOSE MARTIN GODOY, las indagatorias establecen como líneas de investigación supuestas o reales relaciones extramaritales de la víctima e incumplimiento en el pago de la cosecha de una huerta. El funcionario precisa, además, que las pesquisas no indican alguna información periodística como probable causal del asesinato.
Es decir, que a pesar de que se trata de la muerte de un periodista, el móvil no es asociado a las garantías constitucionales que tienen que ver con las libertades de prensa y expresión.
Salvo que el procurador de Justicia mienta deliberadamente, no se trata de revictimizar a la víctima, sino de una acción violenta derivada de asuntos personales de quien fuera director del Canal 6 de Televisión en Nueva Italia, Michoacán.
Obviamente, como en todos los asesinatos, la acción de la justicia debe esclarecer debidamente el caso, identificar a los responsables y castigar a los autores materiales e intelectuales.
Por cierto, los familiares de ADAME PRADO no están plenamente convencidos de que los restos calcinados correspondan a su persona, por lo que han solicitado una segunda prueba pericial. Por tal motivo han renunciado momentáneamente a la reclamación de los restos, ante la autoridad respectiva.
SALVADOR ADAME fue privado de su libertad por un grupo armado el pasado 18 de mayo y su cuerpo fue localizado calcinado el 14 de junio. Según el procurador JOSE MARTIN GODOY, la detención de dos sujetos y la información proporcionada permitió ubicar el lugar en donde fue calcinado el cadáver. La investigación establece que el líder de una célula delictiva que opera en esa región, de apodo “El Chano Peña”, fue quien ordenó el secuestro y asesinato del periodista “por problemas personales”.
Con relación al caso, por supuesto que será por demás interesante conocer el resultado del segundo dictamen genético que se practicará a los restos óseos de quien, en primera instancia, se da como un hecho de que se trata del comunicador michoacano.
Las investigaciones de la Procuraduría de Justicia en el estado de Michoacán precisan que la muerte de ADAME derivó de asuntos no relacionados con su actividad periodística. Sobra decir que independientemente del móvil, el o los responsables deben pagar por del delito cometido.
Lo que, en consecuencia, es un ejemplo más que no debe confundir el gremio periodístico a la hora de modificar la mortal cifra.
Sostenemos: no es lo mismo un reporte puntual de asesinatos relacionados directa o indirectamente con medios de comunicación, a una estadística de periodistas y comunicadores cuyos homicidios obedezcan a su actividad periodística.
Parece lo mismo…..pero no lo es.
De ahí que las confrontaciones numéricas oficiales y gremiales no coincidan. Como igual sucede con la dualidad de criterios en la exigencia de federalizar todos los delitos que se cometan en contra de periodistas y medios de comunicación.
Lo que desafortunadamente y a decir verdad, tampoco es ninguna garantía de que cesarán las agresiones a periodistas ni que los responsables serán castigados.
Así que ¿para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx