– Horroriza la masacre en Nuevo Laredo
– Guerra encarnizada en ciudad Reynosa
– Ejecutan a dos en rancho de senador
CON todo y lo que ello significa, no tan solo no cesa la violencia en Tamaulipas sino que, por el contrario, tal parece que la situación está fuera de control ante la imposibilidad gubernamental de someter a los grupos delictivos.
Los enfrentamientos y “levantones” en ciudad Reynosa, la masacre en Nuevo Laredo, el secuestro en Soto la Marina y las ejecuciones en ciudad Victoria son ejemplos claros de lo antes expuesto.
Grupos delictivos rivales están enfrentados en una guerra sin cuartel sin que marinos, soldados, policías federales y Fuerza Tamaulipas tengan la suficiente capacidad estratégica y de inteligencia para someterlos.
Cuando el olor a pólvora y sangre parecía circunscribirse a la petrolera ciudad Reynosa y a la capital tamaulipeca, la aparición de nueve cuerpos apilados frente a un domicilio en Nuevo Laredo colocó a Tamaulipas en espacios mediáticos negativos, al igual que el secuestro de una ciudadana española en el poblado La Pesca del municipio de Soto la Marina.
El mensaje escrito en una cartulina que dejaron los sicarios en la pila de cuerpos humanos masacrados hace suponer que el regreso de la violencia extrema a ese puerto fronterizo prácticamente está a la vuelta de la esquina.
Mientras en Nuevo Laredo y otras latitudes cuerudas se disputan la supremacía delictiva el Cártel del Noreste y los Zetas Vieja Escuela, en Reynosa los Metros libran entre sí una batalla encarnizada.
En ciudad Victoria, donde se concentran los poderes constitucionales locales, la violencia mantiene aterrada a la población y preocupados a los sectores productivos. Las ejecuciones de familias parecen no cesar en el centro de la entidad. Mujeres, ancianos y niños no son respetados por los grupos en pugna.
Por cierto, aunque poco trascendió, la doble ejecución que ocurrió la semana pasada en el rancho El Olmo del municipio victorense mantiene alarmados a políticos y gobernantes. No tanto por la impunidad que imperó en el doble asesinato, sino porque el predio rural, aseguran, pertenece al senador de la república y exgobernador de Tamaulipas MANUEL CAVAZOS LERMA.
Resulta que a temprana hora del pasado martes un grupo de sicarios llegó hasta la cabecera del rancho y acribilló a dos personas que ahí se encontraban. Hasta el momento no existe ningún comunicado oficial relativo a ese hecho sangriento.
Lo malo del caso es que el reclamo de la sociedad tamaulipeca y la promesa de los vientos del cambio fue precisamente la seguridad.
DESDE EL BALCON:
La autoentrega -no captura- del narco sinaloense DAMASO LOPEZ SERRANO, alias El Mini Lic, a la DEA estadounidense es un indicio claro de la férrea rivalidad que existe entre la familia de éste con la descendencia directa de JOAQUIN GUZMAN LOERA.
Bien sea por negociaciones entre ambas fracciones del Cártel de Sinaloa o bien por temor a ser asesinado, lo cierto es que el joven LOPEZ SERRANO, quien comandaba el brazo armado llamado “Los Ántrax”, muy seguramente se acogerá al programa de testigos protegidos (informantes, pues) de la Agencia Antidrogas Estadounidense.
De lo que no queda ninguna duda es que al menos en primer plano, actualmente se encuentra “descabezado” el poderoso Cártel de Sinaloa.
En consecuencia, más de un alto funcionario de gobierno y de mandos policiacos y militares no podrá conciliar el sueño.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx
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