Agencias
Buenos Aires.- La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, reabrió aquí el debate sobre el aborto al justificar, con base en una experiencia personal, su rechazo a despenalizar esta práctica durante sus ocho años de gobierno.
La candidata al Senado explicó que “en 1984, yo tuve otro embarazo, en el quinto mes tuve un aborto espontáneo, era un varón, fue un aborto trágico, brutal para mí”.
Agregó que siempre le dijeron “que si la neonatología en ese momento hubiera tenido el desarrollo actual, se hubiese salvado, fueron cuatro o cinco días de pérdidas muy feas, yo quedé muy mal, tan mal que tardé cinco años en volver a quedar embarazada”.
A ello se debe, añadió, la diferencia de edad entre su hijo Máximo, de 40 años y su hija Florencia, de 27, ya que el aborto lo sufrió entre el nacimiento de ambos.
La expresidenta reconoció que le molesta “la estigmatización contra las mujeres que están a favor del aborto” y confió en que, “cuando se pueda dar la discusión en un marco civilizado y sin estigmatizaciones, el Congreso lo va a tomar».
Con respecto a su posición personal, dijo, “es conocida”, con lo que reiteró su rechazo a la despenalización que fue impulsada incluso por legisladores de su propio partido pero que ella frenó cuando gobernó.
Fernández de Kirchner también se refirió al movimiento feminista “Ni una menos”, a pesar de que surgió precisamente ante la ausencia de políticas públicas de prevención de los femicidios y para transformar la cultura machista en general.
“Mi hija me hizo ver cosas que yo no veía, y también veo que el ‘Ni una menos’ se fue transformando porque las mujeres entendieron que su sujeción al patriarcado tiene que ver con un modelo político y económico, porque son discriminadas, perciben menos sueldos”, explicó.
