Agencias
Baltimore.- Este domingo sonó el himno y varios jugadores de los San Francisco 49’s echaron rodilla al suelo, el gesto que está ganando visibilidad entre los deportistas afroamericanos de fútbol americano para denunciar las injusticias raciales en Estados Unidos.
En el palco estaba el vicepresidente Mike Pence, que no lo soportó y abandonó indigando con su esposa el estadio de sus queridos Colts de Indianápolis (Indiana, donde fue gobernador por el Partido Republicano).
Pence, un político de pensamiento ultraconservador, escribió en Twitter después: «Hoy me fui del partido de los Colts porque @POTUS [Trump] y yo no vamos a dignificar ningún evento en el que se falte al respeto a nuestros soldados, a nuestra bandera o a nuestro himno nacional».
El presidente Donald Trump lo respaldó de inmediato con otro mensaje en esta red social: «Yo le pedí a Pence que se fuera del estadio si algún jugador se arrodillaba y le faltaba al respeto a nuestro país. Estoy orgulloso de él y de la Segunda Dama Karen [Sue Pence]».
El gesto de arrodillarse en silencio mientras suena el Star-Spangled Banner (La Bandera de las Estrellas), el himno de EE UU, lo activó el jugador de fútbol americano Colin Kaepernick, exlanzador de los 49’s ahora en paro y sin equipo que lo contrate –según sus partidarios como castigo por su activismo, según otras voces por su bajo rendimiento la temporada pasada–.
El expresidente Barack Obama, primer mandatario afroamericano de EE UU, reconoció «su derecho constitucional a protestar» y afirmó que el trasunto de la protesta era «algo real, un problema legítimo que merece ser hablado».