– Renuncia de Margarita acota aspiración de Ricardo Anaya
– Dos gobernadores tamaulipecos están tras las rejas
– Dicen que “los carniceros de ayer son las reses de hoy”
CON todo y lo que se diga, la renuncia de MARGARITA ZAVALA DE CALDERON a la militancia del Partido Acción Nacional y la detención del exgobernador tamaulipeco EUGENIO HERNANDEZ FLORES son hechos que están asociados al proceso electoral presidencial de julio próximo.
Mientras el deslinde de la causa albiazul es un severo golpe para esa franquicia electorera, el encarcelamiento podría constituirse en una bocanada de oxígeno para el partido exaplanadora.
En efecto, el saldo del “viernes negro” es considerado como un certero impacto en la línea de flotación de la nave panista que, quiérase o no, habrá de incidir de manera directa tanto en el proceso de selección interna como en la competencia constitucional por la presidencia de la república. Dicho de otra manera, la renuncia de MARGARITA ZAVALA acota la posibilidad de éxito de RICARDO ANAYA CORTES, dirigente nacional panista y aspirante a la candidatura de ese instituto político.
A pesar de que ANAYA CORTES trata de minimizar la renuncia a la militancia de la ex primera dama de México y califica como “un error” esa decisión, lo cierto es que el PAN llegará muy dividido a la contienda que se avecina. Seguramente, un porcentaje considerable de panistas apoyarán la candidatura independiente de MARGARITA ZAVALA.
Sin embargo, a reserva de abundar en el tema, por el momento bien vale analizar el arresto de HERNANDEZ FLORES, quien es acusado por la Procuraduría tamaulipeca por los delitos de peculado y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Independientemente de decisiones judiciales, una corriente de opinión sugiere que el ejercicio penal en contra del ojiverde es una acción legal que está bastante ligada con el relevo presidencial de ENRIQUE PEÑA NIETO.
De los tres últimos exgobernadores de Tamaulipas, dos de ellos se encuentran tras las rejas y, además, son reclamados por la justicia yanqui. TOMAS YARRINGTON RUVALCABA, encarcelado en Italia, espera su extradición hacia México o Estados Unidos. Desde la mañana del pasado viernes, EUGENIO HERNANDEZ FLORES ocupa una celda en el penal de Tamatán de ciudad Victoria y, al igual que su antecesor, tiene procesos judiciales pendientes en la tierra del tío Sam.
Ahora, el imaginario colectivo piensa, cree o supone que el brazo de la justicia también alcanzará a EGIDIO TORRE CANTU, dada la corrupción que se registró durante su mandato constitucional. No obstante, la vox populi asegura que por el momento tiene su libertad asegurada, como consecuencia de negociaciones cupulares que incluyó la entrega de Tamaulipas al Partido Acción Nacional.
Desde otro ángulo, la detención de HERNANDEZ FLORES sería el trofeo de guerra que exhiba el procurador de justicia estatal IRVING BARRIOS durante su comparecencia ante el pleno de la LXIII Legislatura local. Del mismo modo, el ejercicio de acción penal se constituye en valiosa presea para la recién creada Fiscalía Anticorrupción y, por supuesto, para quien encabeza los vientos del cambio.
Aunque, eso sí, en mucho dependerá el sustento jurídico de la acusación y que el caso no se convierta en un simple hecho mediático con tintes político-electoreros. Algo así como lo ocurrido en el vecino estado de Nuevo León con el arresto momentáneo del exmandatario RODRIGO MEDINA.
Para mala fortuna de EUGENIO HERNANDEZ, la orden de localización y detención de la Policía Internacional ya está en manos de la Procuraduría de Justicia en Tamaulipas.
Como quien dice, “los carniceros de ayer son las reses de hoy”.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
