Agencias
Washington.- Remington Outdoor, uno de los mayores fabricantes de armas de Estados Unidos, se declaró este fin de semana en quiebra, justamente cuando cientos de miles de personas salieron a las calles de este país para exigir mayor control a la venta de armamentos.
La empresa, fundada hace más de dos siglos, ha sido duramente afectada en su imagen luego de que un rifle de asalto de su fabricación, el Bushmaster AR-15, fuera empleado en la masacre de 2012 de la escuela Sandy Hook, en que murieron 20 estudiantes de primer grado y seis maestros.
En documentos ingresados en una corte del estado de Delaware, Remington expresó que tenía deudas de entre 100 y 500 millones de dólares, en tanto que sus ventas durante el año pasado retrocedieron 27.2 por ciento respecto de las de 2016.
La empresa ha experimentado momentos financieros complicados desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, debido a que las ventas de armas disminuyen en Estados Unidos durante un gobierno que en general se opone a mayores controles para la comercialización de armamentos.
Remington además enfrenta demandas de parte de los padres de las víctimas de Sandy Hook en la corte Suprema del estado de Connecticut, quienes señalan la responsabilidad de la empresa en la masacre.
Los abogados que representan a las familias de Sandy Hook en la demanda señalaron a medios de información que no esperaban que la bancarrota del fabricante de armas afectara su caso.
Tras la mascare de Sandy Hook, el fondo de inversión Cerberus Capital Management, dueño del fabricante de armas Remington Outdoors, fue presionado por sus inversionistas para vender la empresa.
Fabricante de armas se declara en bancarrota
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