¿Y los chalecos, apá…?

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– La política opaca
– Documentos, litigio y contrabando
– Hermetismo en investigaciones

EL caldero político tamaulipeco, que se encuentra en plena ebullición, ha provocado que algunos temas de interés general sean opacados por la avalancha informativa que genera el actual proceso eleccionario en la república mexicana.

En efecto, poco o nada ha trascendido acerca del decomiso de decenas de cajas conteniendo papelería de la pasada administración panista que fueron extrañamente encontradas en el interior de un vehículo de fuerza motriz abandonado en una calle citadina.

Tampoco se ha ventilado en los medios informativos la secuela del litigio civil por la posesión de un céntrico inmueble que sirvió de bodega y maquiladora en el pasado trienio. Hasta el momento, propietario y rentero no han logrado ponerse de acuerdo.

Otro asunto, delicado por cierto, que prácticamente ha sido absorbido por la vorágine electoral es el relacionado con el decomiso de más de mil chalecos antibalas, así como equipos de comunicación y médicos por parte de las autoridades aduaneras en este puerto fronterizo.

Pero…vayamos por partes.

A pesar de que la procuración de justicia estatal tomó conocimiento del hallazgo de documentación oficial durante el trienio de LETICIA SALAZAR VAZQUEZ y abrió una carpeta de investigación, el asunto se viene manejando de manera extremadamente hermética. La autoridad en la materia nada ha informado acerca del estatus judicial de la investigación que, sin duda, habrá de arrojar alguna responsabilidad a servidores públicos. El imaginario colectivo sospecha que la procuraduría de justicia en el estado ha avanzado en la investigación y que el sigilo está asociado a la política tamaulipeca.

A pesar del aparatoso operativo que involucró a un fiscal y varias decenas de agentes estatales, poco ha trascendido acerca del juicio civil que mantiene en posiciones antagónicas a dos personajes locales que durante la pasada administración panista hicieron causa común. TOMAS CANTU y LUIS ALFREDO BIASI, ambos empresarios matamorenses, se disputan la propiedad de un bien inmueble de alto valor comercial que se localiza en una de las principales avenidas de Matamoros.

Cuando la relación era estrecha y comulgaban con los mismos intereses, CANTU rentó a BIASI el predio urbano que el entonces secretario de Bienestar Social Municipal utilizó como bodega y fábrica de enseres domésticos que fueron entregados a familias menesterosas con el objeto de formar una estructura política. Las cosas no salieron de acuerdo a lo planeado y pactado, por lo que ambos y sus respectivos abogados ahora están enfrascados en un litigio civil.

El tema más delicado es, sin duda, el decomiso de chalecos antibalas, equipo de comunicación y médico que las empresa comercializadora Alpha, pretendía introducir al país por el Puente Nuevo sin la documentación de importación. Grupo Alpha es propiedad de LUIS ALFREDO BIASI, misma persona que mantiene juicio civil con TOMAS CANTU.

Hasta el momento, ni la Dirección General de Aduanas ni el propietario del Grupo Alpha han informado absolutamente nada al respecto.

Lógicamente, llama la atención la pretensión de importación de más de mil chalecos de alto blindaje. Si se tratara de un movimiento aduanero lícito relacionado con una transacción comercial para alguna corporación policiaca, es evidente que se siguió un procedimiento equivocado y sospechoso.
LUIS ALFREDO BIASI es señalado como un proveedor de servicios para el actual gobierno estatal, vía Secretaría General de Gobierno.