Comparten su talento para ganarse la vida

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Cristian y Luis Eduardo son dos artistas urbanos que se conocieron en la calle y decidieron unir su música.

Por Jacqueline Cárdenas
Sin vergüenza y dispuestos a ganarse la vida haciendo uso de su talento, Cristian y Luis Eduardo trabajan diariamente tocando música a bordo del transporte público, en restaurantes y en los pasillos del mercado a cambio de unas monedas.
El gusto por la música unió a estos artistas urbanos que formaron un dueto de voz, guitarras armónicas para llevar un toque musical a los locatarios y visitantes del Mercado Argüelles.
La vida de las personas que se dedican a tocar de manera ambulante y en los camiones no es nada fácil, pero sí puede servir para llevar el sustento al hogar, mencionó Cristián Caballero, quien toca la guitarra y la armónica de manera simultánea.
Ambos músicos tienen una familia que los espera en casa y dependen de ellos para salir adelante, por lo que a diario tienen que esforzarse mucho para lograr cubrir sus necesidades.
«Tengo mi esposa y una hija de 10 años, de aquí tengo que sacar para los alimentos, para vestirla y pagar su escuela y si salen ganancias, aunque no como antes», comentó Cristian.
El es originario de Güémez Tamaulipas y desde los 12 años desarrolló su vocación por la música de manera autodidacta, menciona que sus padres no estaban de acuerdo con que se dedicara a la música, pero fue más fuerte su pasión y empezó a labrar su propio camino.
«En mi casa sucedió la típica historia de todo músico, no querían que me dedicara a la música, me decían que no me iba a dejar nada bueno, ahorita ya lo aceptan, pero al principio no querían».
«Desde entonces me dedico solo a esto, no vivo con lujos, pero saco lo suficiente para salir adelante».
Precisa que no solo toca en el mercado, ocasionalmente lo hace en restaurantes y camiones, asevera que este oficio no le avergüenza, pues lo considera tan digno como cualquier trabajo.
Por su parte Luis a pesar de ser muy joven ya tiene larga experiencia en grupos musicales de esta localidad, al igual que su compañero afirma que al principio se enfrentó a las críticas por querer ser músico, pero prefirió luchar por sus sueños y hacer caso omiso a los comentarios negativos.
Indicó que al conocer a su compañero se formó la mancuerna perfecta, pero andar tocando por las calles no les ha sido del todo fácil, ya que en algunos lugares les han cerrado las puertas y en ocasiones les han dado malos tratos.
«Yo empecé a tocar desde los 15 años, pero igual no querían eso para mí en mi casa. Comencé a tocar en algunos grupos pero hace algunos meses me salí de uno para trabajar un poco más independiente, andamos en fiestas, restaurantes y porqué no también en camiones no me da pena decirlo».
«A veces por causa de otros músicos nos impiden tocar en ciertos lugares y no se dan cuenta que este también es un trabajo, es una forma digna de ganarse la vida».
Aunque por el momento los dos trabajan como músicos urbanos, no descartan en algún futuro entre los dos hacer un proyecto más formal

SABÍAS QUÉ…

Ambos músicos tienen una familia que los espera en casa y dependen de ellos para salir adelante, por lo que a diario tienen que esforzarse mucho para lograr cubrir sus necesidades.