Realizan exposición de verano que cierra otro año de trabajo del Taller Infantil de Artes Plásticas.
Por Jacqueline Cárdenas
Con el objetivo de promover las obras llenas de color y pasión infantil y juvenil de más de 60 artistas locales, se realizó la exposición anual número XXXIX del Taller Infantil de Artes Plásticas de Olivia Malibrán y Salvador Castillo, en el atrio del Centro Cultural Tamaulipas.
La exposición de verano cierra otro año de trabajo de los alumnos del Taller Infantil de Artes Plásticas, que dirigen los pintores tamaulipecos.
En la muestra pictórica participan alrededor de 60 alumnos, entre jóvenes y niños, quienes comparten lo aprendido con los espectadores y su forma de ver la vida a través de la pintura.
Las obras exhibidas son los mejores trabajos de los alumnos durante el año y está conformada por dibujos, pinturas, modelado en arcilla, pinturas al óleo, acuarela, acrílico, mixtas canastas y figuras de barro, demostrando diversas técnicas en las que se desenvuelven los artistas.
El trabajo de Olivia Malibrán y Salvador Castillo se ve reflejado en las distintas generaciones que participan en esta exposición colectiva, sumando ya 39 años de los maestros en desempeñarse en el arte plástico.
Inició como Taller de Alfarería.
Este taller tuvo sus inicios como un Taller de Alfarería, fundado por el señor Juan Castillo padre de Salvador, años después surge el Taller de Escultura y fundición en bronce por Salvador Castillo, fue hasta hace 37 años que él, junto a su esposa deciden formar un Taller Infantil de Artes Plásticas, pero nunca imaginaron que se convertiría en el lugar de más prestigio y tradición para los victoreases.
La maestra Olivia ha sido merecedora de diversos reconocimientos a lo largo de su carrera y su obra se ha difundido rápidamente hasta formar parte de importantes colecciones privadas y su esposo Salvador Castillo, se hizo acreedor al premio Benito Juárez, que otorga una organización política, a través de los años ha realizado un sinfín de esculturas, entre las que destacan: El monumento al Padre Miguel Hidalgo, de dos metros y medio, en Hidalgo, Texas y un conjunto escultórico de tres niños beisbolistas que celebran el triunfo de los inolvidables menores campeones de Monterrey.