– México se juega el futuro
– Sangriento proceso electoral
– Ninguna propuesta concreta
HOY miércoles la selección mexicana de futbol decide su rumbo en la Copa Mundial Rusia 2018 y, también, con el último minuto de este día, finalizan las campañas proselitistas en el actual proceso electoral que termina el próximo domingo. Independientemente de los resultados, tanto el evento deportivo como el político habrán de hacer historia en la época moderna de México.
Continúe o no en la eliminatoria futbolera, el conjunto nacional tiene en su haber el triunfo logrado durante su primera salida a la cancha sobre la selección alemana, actual Campeón del Mundo 2014. Haber hilvanado un segundo triunfo consecutivo y pasar sobre Corea del Sur, se convierte en automático en una estadística inolvidable para México y los aficionados mexicanos.
De igual forma, el proselitismo que desplegaron a lo largo de 90 días los candidatos a la presidencia de la república, al margen de la decisión ciudadana el próximo domingo, será ampliamente recordado por futuras generaciones. Los dimes y diretes de los contendientes, lo mismo en sus concentraciones de convencimiento que en los debates, no serán fáciles de olvidar.
Así como en el territorio nacional y el mundo entero están a la expectativa de lo que ocurre en Rusia en la competencia de cada cuatro años, los electores aztecas también se muerden las uñas cuando sus mentes enfocan el escenario que contempla las mamparas electorales. La selección mexicana hará historia si logra pasar a la siguiente fase del cotejo mundial deportivo y México podría registrar una segunda alternancia política con nuevo cambio de colores en el Palacio Nacional y en la residencia oficial de Los Pinos.
Si los romperedes y defensores nacionales cumplen cabalmente su misión de anotar en la meta rival e impedir la horadación de su valla ante Suecia, es muy posible que la siguiente actuación de la selección en la tierra de los zares sea justamente el día de las elecciones. Y, quiérase o no, el fanatismo de los hinchas mexicanos podría verse reflejado en ese derecho y deber cívico.
Por lo pronto, ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, RICARDO ANAYA CORTÉS, JOSE ANTONIO MEADE KURIBREÑA y JAIME RODRIGUEZ CALDERON habrán de entrar en un compás de espera para afinar la estrategia de movilización el “Día D”. A pocas horas de que finalicen las campañas proselitistas las tendencias de intención del voto se mantienen sin cambios significativos. No obstante, la encuesta final la decidirán los votantes que acudan a las urnas durante la jornada comicial.
Desafortunadamente, en el contexto político-electoral, el actual proceso eleccionario habrá de pasar a la historia como el más violento y manchado de sangre. El asesinato de 125 actores en el escenario electoral es una evidencia clara de lo débil del estado mexicano y el imparable avance del crimen organizado.
Si bien es cierto que la violencia se focalizó en las competencias locales, también es una verdad de a kilo la impunidad con que se conducen los grupos delictivos que pretenden manejar no tan solo el trasiego de drogas y negocios sucios, sino también la vida política, económica y social de muchas comunidades en la geografía mexicana. Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero, Oaxaca y Michoacán son entidades que no escapan a ese flagelo.
Lo peor del caso, sin el menor ánimo pesimista, es que ninguno de los cuatro aspirantes a suceder a ENRIQUE PEÑA NIETO ha presentado una estrategia clara que brinde, al menos, una esperanza del regreso de la paz social y seguridad para la sociedad azteca.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx