martes, 29 de julio de 2025

A Capella, Columnas

VACACIONES FAMILIARES.

Hace no mucho tiempo los periodos vacacionales eran distintos en Tamaulipas, las autoridades no estaban en…

Hace no mucho tiempo los periodos vacacionales eran distintos en Tamaulipas, las autoridades no estaban en la necesidad de armar caravanas con los automóviles y camionetas de los paseantes para escoltarlos a fin de que pudieran disfrutar los días de asueto, hoy las familias deben viajar de la mano de los policías federales para que no tengan ninguna situación durante los traslados a los distintos lugares turísticos.
Yo recuerdo que mi familia siempre salía a bañarse en el Río Bravo, porque vivíamos en Reynosa y mi padre en aquellos tiempos de petrolero, lo recuerdo con sus cañas sobre los hombros y a mis hermanos quienes llegábamos nadando y hacíamos competiciones para ver quien era el más veloz.
Estas experiencias sin tener que hacer, jamás las olvidaré como aquellas vacaciones cuando mis padres nos llevaran a la Presa del Azúcar y también a la Presa Falcón con mis hermanos y los amigos de mi padre y por cierto también nos llevaba a la playa de Matamoros para tener unas vacaciones de familia.
Y cuando cambiaron a mi padre en Petróleos Mexicanos para Ciudad Victoria, a mi papá le cayó del cielo por su afición a la pesca, porque se estaban terminando las compuertas de la presa Vicente Guerrero y se fueron acoplando muchos pescadores deportivos que todos los fines de semana nos llevaban a la presa para disfrutar con las familias.
Ahí conocí tantos amigos que solamente tenían en su mano una vara, un sedal y un anzuelo, pero ellos eran los que más pescaban porque le ponían a éste unos gusanitos para que se gancharan en los dientes de los pescados y en algunos lograban zafarse pero en fin, los tiempos que pasamos con mi familia entera fueron bendecidos.
Hoy veo todo lo que hicimos como familia y que en cada paso siempre nuestros padres tuvieron el don para fomentar entre nosotros la unidad  y siempre hemos logrado las oportunidades que nos da el Señor y aquí estoy derramando mis palabras sobre la mesa del escritorio y me siento muy bendecido por tanto amor que he tenido en mi vida.
Y al final de nuestras vidas tendremos el fruto anhelado por haber tenido unos padres que me llevaron por los designios del Señor y ahora levanto mis ojos para verte mi Dios, confiado en que todo lo que venga sea para bendición.
Estoy por terminar mi escrito y ahora es tiempo para reflexionar sobre nuestras vidas con el reflejo que nos da nuestro Señor, para decir que solo tú tienes la potestad para determinar tu camino y llevarlo hacia los dinteles de su gracia y de lo profundo de su amor.