En aquellos tiempos de la canica… Cuando en Matamoros, Tamaulipas empecé a dar mis primeros pasos como reportero, de cuando en vez iba al aeropuerto en busca de noticias.
Era reportero policiaco, pero atendía los consejos de mis maestros y las lecciones de los libros de periodismo:
“En el aeropuerto puedes entrevistar a funcionarios, políticos y líderes de opinión. Unos van a partir y otros van llegando. El que se va ¿A qué va a la capital?, y el que llega ¿Qué trajo?.
Y sí.
No siempre sucedía, pero de pronto te conviertes en el dueño de una o varias noticias exclusivas.
En algunas ocasiones en que el vuelo se demoraba, con el permiso de los operadores del aeropuerto (que a fuerzas de verlos, te conocen, saben quién eres) subía a la Torre de Control donde operaba MARIO ROLDAN y otro controlador de vuelos llamado JORGE.
Desde la torre de control se aprecia en su totalidad la pista de 2 kilómetros, 300 metros que tiene el aeropuerto Servando Canales.
Un día ellos, los controladores de vuelo, me regalaron el libro: COLISION EN EL AIRE.
Allí aprende uno varios términos de aviación. Sencillos pero que, normalmente, uno no conoce.
Te dice por ejemplo para que son los “Flaps”: Sirven para variar la superficie y forma del ala del avión con el fin de aumentar la sustentación a bajas velocidades, es decir, tanto durante el despegue como en la aproximación y aterrizaje.
Los “Slats” que al moverse dejan pasar el flujo del aire cuando cambia el ángulo.
Y te indican claramente: Lo más difícil de volar… Es el despegue.
Un experimentado piloto aprovecha la velocidad que lleva el avión para planear y aterrizar en una brecha, una carretera, en terreno despoblado.
Si el avión se desploma, si cae de manera vertical… No hay nada que hacer.
Pero si lleva velocidad, aunque sea poca, se puede planear aprovechando al máximo los alerones, los flaps, todo.
Hace muchos años volamos en Aeroméxico a la capital del país y nos tocó hacer un “patrón de espera”.
Desde la torre de control, pidieron al capitán de la nave que no aterrizara, que esperara a que “le abrieran pista”.
Y allí estamos, vuelta y vuelta.
Naturalmente que se pone uno nervioso.
Desde que subes al avión y traes la adrenalina a todo vuelo.
En los aeropuertos (De Estados Unidos, sobre todo) recomiendan y prohíben hacer bromas sobre accidentes aéreos.
De por si…
Me contaba mi inolvidable compadre y amigo, LUIS AQUILES ELIZONDO que una ocasión, cuando viajó de Houston, Texas a Miami, Florida, segundos después de despegar, ya en el aire, escuchó ruidos extraños abajo del avión. Chirridos y luego un fuerte y seco golpe.
Vio a sus compañeros de viaje y todos tenían cara de asustados.
Le preguntó a una aeromoza que hablaba español que qué sucedía con ese ruido.
Le respondió: “No se preocupe. Es el tren de aterrizaje que a veces hace ese ruido”.
¿Se irá a abrir al aterrizar?-, pensó LUIS.
“Por si o por no empecé a pedir whiskies”-, dijo.
Eran los años en que arriba de los aviones te regalaban las bebidas. Ahora no. Ahora todo cobran.
Lo que sucedió antier en Durango fue una cosa excepcional.
El accidente del avión de Aeroméxico no causó víctimas fatales, gracias a la pericia del piloto.
En el avión viajaban 101 personas y algunas resultaron con lesiones, como es natural, pero ninguno murió y eso es un milagro.
Un milagro en el que mucho tuvo que ver la capacidad del comandante de la nave.
Tras el despegue, algo pasó.
El avión comenzó a perder altura, el pilotó supo aprovechar la velocidad que llevaba para planear la nave y aterrizó.
La gente comenzó a bajar por su propio pie. En 90 segundos todos abandonaron la nave.
Y luego, el avión se incendió.
En el rescate concursaron todos los cuerpos de seguridad de la ciudad de Durango.
Fue una proeza la que hicieron.
Rescataron y pusieron a buen resguardo a todos.
Hay que dar gracias a Dios por ese milagro.
En los primeros informes se decía que en ese vuelo iban los integrantes del grupo RIO ROMA.
Sin embargo ellos aclararon que habían tomado un vuelo antes.
Enhorabuena para esos viajeros que salvaron la vida.
ATIBORRAN TURISTAS EL MUSEO DEL FERROCARRIL
“Fue algo extraordinario, no esperábamos tanta afluencia de gente, recibimos alrededor de 600 personas, lo cual significa todo un récord”, informó DAVID GONZALEZ SERNA, director del museo.
Lo anterior ocurrió durante la primera callejoneada realizada el pasado viernes 27 de julio, y confiamos que la próxima administración municipal la continúe con esta actividad, ya que el propósito es rescatar el centro histórico, con todos sus aspectos no solamente físicos, sino también la convivencia social, comentó.
Fue un gusto ver a familias completas, con sus hijos siendo esto lo que se viene a promover, que los padres incentiven a sus hijos para que tengan amor al conocimiento especialmente al conocimiento histórico que es lo que ofrece el museo del Ferrocarril.
Importante también es hacer sentir a la ciudadanía Matamorense el orgullo de pertenencia, el orgullo de ser matamorenses, el orgullo de ser tamaulipecos y el orgullo de ser mexicanos.
Asimismo promover todos los días que estamos al servicio de la ciudadanía como un deber cívico y que cada viernes de aquí a que termine la presente administración municipal del licenciado JESUS DE LA GARZA, asistan a las callejoneadas que se estarán llevando a cabo de las 7 treinta de la tarde a las 11:00 de la noche.
Paréntesis para dar paso a la misiva de ese excelente amigo que es el Señor Cónsul, HECTOR AGUILAR MEZA:
“Excelentísimo Señor Dr. ANGEL VIRGEN Y ALVARADO
H. Matamoros, Tamaulipas.
Me congratula dirigirme a ti en ocasión de hacer de tu superior conocimiento que, el próximo 5 –cinco- de agosto, se estará celebrando el 26 aniversario del natalicio de mi hijo JOSE JAIME AGUILAR DE ALBA.
En esa virtud, viajará de Houston, Texas, lugar donde actualmente se encuentra domiciliado, a la ciudad de Querétaro, con el propósito de ser homenajeado en forma magna por familiares, a decir Leticia de Alba Penilla-madre-, Ana Karina y Héctor Gerardo -hermanos-, así como, una multitud de demás familiares, amistades y socios del mundo universitario, gastronómico, aeronáutico, entre otros.
Por lo antes expuesto, es que mucho te agradeceré uno de tus valiosos comentarios al tenor que hoy nos ocupa.
Al agradecer de antemano, el beneplácito que le puedas dispensar a esta respetuosa y pacífica petición, la cual en tu capacidad de padre podrás comprender, sólo me queda valerme de la oportunidad para reiterarte la seguridad de mi más alta, distinguida consideración, aprecio y reconocimiento profesional.
Héctor José Aguilar Meza
Desde Cd. Victoria”.
Por hoy, es todo.
P.D.- Viajamos a Ciudad Victoria para saludar a los amigos, compadres y conocidos. Por este motivo, CON LA VENIA DE MIS EDITORES, nos leeremos Dios mediante, el próximo domingo en CRONICA SEMANAL.
Gracias.