Caprichos…

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La consulta para la cancelación o continuación del nuevo aeropuerto en la Ciudad de México, nos guste o no, fue un acto democrático aunque inútil por la calidad de los votantes y las necesidades de un proyecto serio, viable, que construya una mejor nación en base al trabajo de expertos de cada tema y la participación de todos.
Se sabía, se podía percibir el resultado de la misma, lo apabullante de los mismos así lo detallan y por ello en el colectivo existe la firme sospecha de que todo es un capricho del próximo presidente, de Andrés Manuel López Obrador que ya tenía entre sus planes, tal vez promesas o amenazas de campaña, actuar en ese sentido.
Hay, sin embargo, muchos indicios de que mantener la obra también era un capricho de los empresarios metidos en ese negocio, empresarios con negro pasado asociado siempre a los hombres del poder político y monetario y todos ellos beneficiados del presidente Enrique Peña Nieto.
Datos comprobables detallan que cinco empresas tienen en sus manos el 51 por ciento de todo el proyecto millonario del nuevo aeropuerto, por supuesto que el grupo de Carlos Slim, Carso, está metido, luego ICA, el grupo Empresarial Los Angeles, Grupo Hermes y GIA, ellos eran los beneficiarios, extrañamente, todos convertidos en parte de los hombres más ricos del mundo gracias a los beneficios que les dio otro ex presidente, Carlos Salinas de Gortari.
Por eso no se espante si sube el dólar o si los organismos empresariales salen a tupirle al nuevo gobierno, menos si escucha opiniones en el sentido de que López Obrador se pretende perpetuar en el poder o que las calificadoras internacionales tienen a México en la mira para advertirle a todos los empresarios del mundo que no vengan, que no somos de fiar, eso ocurrirá mientras no desista el futuro presidente de su capricho de cancelar el nuevo aeropuerto y tampoco se sorprenda si de la noche a la mañana todo se compone.
La verdad es que los empresarios propietarios de ese negocio y que saldrán afectados al cancelarse el nuevo aeropuerto son dueños de medio México y socios de los grandes capitales del mundo, eso significa que pueden apretar lo suficiente para que se deprecie el peso, suban las gasolinas, se dañe la economía de todos nosotros siempre con la perversa intención de acusar al fututo gobierno de incapaz y populista.
Eso lo sabe el futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador y también por ello tienen la certeza de que no pasará nada, primero porque sería un suicidio de los empresarios seguir con la misma estrategia por muchos tiempo, saben que el valor internacional de sus empresas se podría caer, luego porque a partir de diciembre AMLO y su gente tendrán el chirrión por el palito y seguramente le apretarán a otras empresas de esas firmas para que ya le bajen a la presión o de lo contrario podrían ser sustituidas como proveedores o, peor aún, obligadas a dejar de abusar con precios y servicios deficientes que le dan a los mexicanos.
Tiene razón, la sospecha de que todo son caprichos está fundada, da la impresión de que juegan con los pobres, de que no les importa nada la vida de los mexicanos o por lo menos tiene menor valor que el ego y el orgullo de los que se disputan semejantes negocios.
Hoy la lógica dice que el nuevo aeropuerto debería continuar porque de esa manera se le da competitividad al país, también porque se evitaría una burbuja inflacionaria, más que eso, porque los millones de usuarios de los aviones tendrían ventajas significativas en tiempo, dinero y esfuerzos.
Por ello, le insisto, lo que sigue es quitarle el tufo a capricho a la cancelación del nuevo aeropuerto, hablarle con claridad a la gente de uno y otro lado, luego de ello que se decida lo mejor para el país, para no seguir dependiendo del humor de los más ricos o los más poderosos sino tener certidumbre de nuestro futuro, digo, eso es lo menos que nos merecemos, que nuestro crecimiento por fin se de de manera ordenada y continua.
En otras cosas… El Estado de Tamaulipas logró el primer lugar de los premios Reed Latino en las categorías «Mejor campaña de marca ciudad, estado o país» por la marca Tam y «Mejor pieza gráfica en vía pública en campaña gubernamental» por la promoción de la Biósfera «El Cielo»”, durante una ceremonia realizada este fin de semana en Playa del Carmen, Quintana Roo.
Adicionalmente, logró el segundo lugar en las categorías «Mejor campaña de promoción turística y marca turismo» y «Mejor campaña de comunicación gubernamental».
Las agencias Código 21, ELEMENTAL, Lexia y Helivant fueron las responsables de la realización de las campañas premiadas reconocidas este fin de semana.
El Gobierno de Tamaulipas ha puesto especial énfasis en la promoción turística y particularmente de la marca “Tam”, como una forma de fortalecer la identidad no solamente de los negocios de esta Entidad, sino de su comunidad.
Los premios Reed Latino, organizados por la revista Campaigns & Elections, son los reconocimientos más importantes de la comunicación política en América Latina.
Más de 300 estrategas, publicistas, productores, realizadores, encuestadores y otros profesionales del sector asistieron a la ceremonia realizada el sábado.
En la edición de este año se inscribieron trabajos de más de doce países, entre los que destacan las campañas presidenciales de México Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, así como de otros gobiernos locales, estatales y federales de América Latina.
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