Casinos, un tema del año pasado…

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La Feria de San Marcos convierte al Estado (o la ciudad que aunque parezca lo mismo no lo es) de Aguascalientes en una gran cantina, con table dance, peleas de gallos, un gran palenque, carreras de caballos, corridas de toros y toda clase de suertes en un casino donde lo mismo se puede ver al clásico pueblerino jugarse sus cosechas o sueldos de varios meses que al gran industrial con un par de millones de pesos para gastar en varias de sus noches.
Para quienes visitan esa feria todo parece orden, se cuida al turista, no se ven delitos a pesar de saber que se maneja mucho dinero y se hace poco dolor y hasta se sorprende a gente emocionada desembolsar tres mil 500 pesos por una noche de hospedaje en un hotel de medio pelo y hasta los 10 o 15 mil pesos por un lugar especial en la plaza de toros o en el palenque de la feria donde sabe que verá espectáculos de calidad para ese tipo de gustos.
El casino está lleno toda la noche, incluso se llega a vender alcohol todo el día durante poquito más de un mes que es el tiempo en que se presenta la feria.
Hace algunos años tuvimos la fortuna de visitar esa ciudad, según quienes tienen negocio, la feria de San Marcos les da suficientes ganancias en 30-40 días como para vivir más o menos bien durante el resto del año, incluso hubo quienes se atrevieron a decir que Aguascalientes tiene vida gracias al casino, el palenque y la plaza de toros durante su feria de San Marcos.
El tema viene a colación porque en el Congreso del Estado se analizará una iniciativa de ley para eliminar los table dance, casinos y casas de juego de Tamaulipas, el argumento es que están sirviendo como fuentes de financiamiento a la delincuencia, no operan de manera legal y son alicientes para que se cometan delitos.
La verdad es que el tema es para analizarse a fondo, los casinos, las casas de apuestas y hasta los table dance o cantinas con variedades también son fuentes de empleo, hacen circular el dinero, generan riqueza.
Quizá lo único que se debe hacer es regular a fondo toda esta actividad, vigilar con lupa para impedir que se cometan delitos a partir de una actividad lúdica y empresarial que puede servir a que sobrevivan las ciudades con condiciones difíciles como muchas de las nuestras.
Quienes han ido a Las Vegas se maravillan de una ciudad que creció en un desierto, donde no había forma de hacer producir la tierra ni de que creciera la industria por la ubicación geográfica que tienen, viven del pecado dicen unos, de la industria del juego dicen otros.
Tiene razón, todos esos establecimientos, cantinas, peleas de gallos, corridas de toros y casinos por tradición han servido para que crezca la prostitución, el uso de drogas, el consumo exagerado de alcohol que muchas veces genera violencia entre parroquianos, también para que se robe al cliente de manera descarada y si, desgraciadamente para financiar el delito.
En síntesis, la existencia de casinos tiene puntos en contra, precisamente de los que vamos huyendo, pero también hay puntos a favor como generar empleo y riqueza.
Más a favor de la existencia de casinos y table dance es que se pueden vigilar, regular la operación de los mismos, fiscalizar cada peso, certificar que cada centavo que se juegue o utilice para diversión de la gente tenga un origen y un destino claro, que no se generen delitos con la justificación de que son para la diversión del cliente.
Por el bien de Tamaulipas ojalá la iniciativa enviada al Congreso se analice a fondo, que se sopese lo bueno y lo malo, que se sacrifique lo que le haga menos daño, es decir, si los casinos van a generar violencia o más delitos pues mejor que se prohíban o busquen forma de frenarlos pero si pueden ser la única salida en algunos regiones tal vez se podrían hacer cinturones de seguridad en las mismas, vigilarlas y provocar que estas crezcan y tengan empleo y dinero para comer, digo, que le parecería uno de esos casinos, con todo y gallos, carreras de caballos y otros juegos en Miquihuana o en Palmillas que tiene una iglesia hermosa o, por qué no, en Tula que ya crece y se despega pero le hace falta infraestructura y mayor diversión para quienes se quedan ahí una noche y ya oscureciendo no saben que más hacer que encerrarse a dormir.
Tenemos la experiencia Aguascalientes, tenemos Las Vegas, quizá los casinos y table´s no se deban satanizar aunque, le insisto, se debe privilegiar la seguridad, reducirlos a un espacio de influencia menor y si no se va a poder pues no, que se cierren mientras llegan mejores condiciones para los mismos.
Lo que leyó es una opinión publicada en mayo del año pasado, cuando el Congreso decidió eliminar todas las casas de juego en Tamaulipas, hoy la iniciativa es en sentido contrario, a favor de que se eliminen las disposiciones tomadas para que otra se permitan casinos y las casas de juego, yo estoy a favor, creo que son una industria que puede hacer prosperar lugares donde ya nada crece porque su gente productiva salió huyendo de la pobreza durante muchas décadas.
Obvio, reiterar lo del año pasado, solo hay que vigilarlos bien, hacer que todo sea en beneficio de sus usuarios y de los pueblos que los alberguen, por ejemplo, bien podría instalarse un casino durante la feria de Victoria y verá como esta crece en calidad de artistas y exposiciones, nomás para empezar a ensayar…
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