El matamorense, ex funcionario, diputado y dirigente de la CNOP, falleció en la capital del país.
El político y escritor tamaulipeco, Miguel de la Rosa Medrano, falleció poco después de las tres de la tarde de éste lunes 7 de enero en la Ciudad de México, luego de una complicación de una pulmonía por la que ingresó al Hospital de Nutrición de la capital del país.
El matamorense, laboró por muchos años en esa metrópoli, regresando a Tamaulipas a invitación del ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba, de quien fue Secretario Particular.
Por su vocación política incursionó en tareas de dirigencia partidista en la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) en la entidad. También fue Diputado local por el PRI y Delegado de su partido en varios municipios de la entidad.
En el sector público se desempeñó como Director General del CONALEP en Tamaulipas por varios años y más tarde fungió como Delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA).
Miguel de la Rosa Medrano, a la par de sus actividades políticas desarrolló su pasión por las letras, produciendo algunas obras enfocadas algunas de ellas a temas regionales de su Matamoros querido, como “Siete y Galeana” alusiva al barrio donde creció.
Le sobreviven su esposa Lorena De la Rosa y sus hijos Miguel y Casandra De la Rosa De la Rosa.
El matamorense, laboró por muchos años en esa metrópoli, regresando a Tamaulipas a invitación del ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba, de quien fue Secretario Particular.
Por su vocación política incursionó en tareas de dirigencia partidista en la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) en la entidad. También fue Diputado local por el PRI y Delegado de su partido en varios municipios de la entidad.
En el sector público se desempeñó como Director General del CONALEP en Tamaulipas por varios años y más tarde fungió como Delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA).
Miguel de la Rosa Medrano, a la par de sus actividades políticas desarrolló su pasión por las letras, produciendo algunas obras enfocadas algunas de ellas a temas regionales de su Matamoros querido, como “Siete y Galeana” alusiva al barrio donde creció.
Le sobreviven su esposa Lorena De la Rosa y sus hijos Miguel y Casandra De la Rosa De la Rosa.