A sus 67 años, Ramón Reyna, es un entusiasta comerciante que vende lo que el mismo cosecha.
Por Jacqueline Cárdenas
Ramón Reyna de 67 años, es un comerciante independiente que se dedica a la venta de frutas y legumbres de su misma cosecha, se encuentra a las afueras de la clínica del ISSSTE.
Desde el Ejido El Chamizal, municipio de Güémez, se traslada con una camioneta llena de verduras para ofertarlas a los pacientes y personal médico de esta dependencia.
Por su experiencia en el campo sabe perfectamente que los alimentos orgánicos son de gran beneficio para la salud, especialmente para las personas que padecen de una enfermedad crónica.
Don Ramón comenta que ha llegado a sus 67 años libre de enfermedades, debido a que lleva una alimentación sana a base de frutas y verduras que cosecha junto a su sobrino.
«Comemos puro natural como lo hacían nuestros antepasados y por eso nos conservamos sin enfermedades, es lo que le digo a los clientes que llegan aquí».
Mencionó que es soltero y desde hace años se encuentra a cargo de sus tíos que también son de la tercera edad. Expresó que la agricultura es lo que ama y le ayuda a sostener los gastos familiares.
«Allá en el ejido todos comemos de lo que sembramos, las verduras, las hortalizas las prepara mi tía en caldo por eso no padecemos de enfermedades crónicas, lo que vengo a vender es todo natural, algunos pacientes me conocen y vienen a comprarme porque saben que mi producto es bueno».
El agricultor mencionó que fue gracias a sus tíos que aprendió amar las parcelas donde cosechan sus propios alimentos. Ahora él trata de recompensarlos trabajando duro para apoyarlo en sus necesidades.
«Llego desde las 5:00 de la mañana y me pongo aquí debajo de un arbolito antes me ponía cruzando la calle afuera de una casa, pero el dueño me quitó de ahí».
Zanahoria, cilantro, rábanos, cebollín, calabaza, naranja, toronja, repollo, chile piquín, ajos, nopales, espinacas, acelgas, miel natural y plantas de diversas especies, son los productos frescos que trae don Ramón hasta la clínica. Sus precios son realmente económicos van desde 10 pesos el manojo a los 25 pesos la arpilla de naranjas.