A pesar de que los doctores no le daban esperanzas de vida de más de 7 años, Abraham Garza ha logrado salir adelante por más de 30 años y hoy se entusiasma con la venta de bollos
Por Jacqueline Cárdenas
Abraham, un joven victorense con discapacidad ejerció sus habilidades para montar su negocio de venta de bollos de sabores a precios muy accesibles, con el fin de apoyar en la economía familiar.
Abraham Garza de 34 años, es el motor para salir adelante con su familia. Todos los días se despierta con gran energía y con el entusiasmo que lo caracteriza para atender su puesto de bollos de sabores que decidió emprender para aprovechar la temporada de calor en la ciudad.
Nació con mielomeningocele, una malformación que se caracteriza porque la columna vertebral y el conducto raquídeo no cierran.
Abraham comenta que los médicos no le daban una esperanza de vida mayor a los siete años de edad, pero él ha demostrado que no siempre tiene que ser así y a pesar que quedó imposibilitado para caminar, ha logrado salir adelante por más de 30 años con la enfermedad.
«Todo se lo debo al de allá arriba, yo le agradezco que me permita estar aquí, porque los doctores les dijeron a mis papás que iba a vivir nada más unos cinco o seis años y míreme sigo aquí».
Uno de sus pasatiempos es navegar en internet en su celular y de ahí surgió la idea de vender los bollos y encontró las recetas para preparar los bollos de mazapán, galleta oreo, coco, mango y fresa.
Su mamá lo apoya en la elaboración de los bollos, ya que él mismo le insistió en venderlos afuera de su casa.
«Es un hombre de negocios, pues viene de familia de comerciantes, para él este es su trabajo, pues tiene su horario establecido para vender que es 10:00 de la mañana a 9:00 de la noche, aquí llega la gente a comprarle bollos y platican con él», dijo la mamá de Abraham.
Es muy sociable, le gusta que lo visiten para platicar y también cantar en el coro de la iglesia que es una de las actividades que más le dejan satisfacción, ya que le ayuda a sentirse más en contacto con su fe.
«Voy a la iglesia de Lourdes ahí participo en un coro, me gusta mucho porque es algo que me anima y yo tengo mucha fe en Dios, cuando no voy a la misa no me siento bien».
Para quien guste apoyar a Abraham comprando sus productos, pueden encontrarlo en el 27 Berriozábal y Mina, los bollos cuestan tan solo 5 pesos y están elaborados con mucha higiene e ingredientes de gran sabor y calidad.
Abraham, un joven victorense con discapacidad ejerció sus habilidades para montar su negocio de venta de bollos de sabores a precios muy accesibles, con el fin de apoyar en la economía familiar.
Abraham Garza de 34 años, es el motor para salir adelante con su familia. Todos los días se despierta con gran energía y con el entusiasmo que lo caracteriza para atender su puesto de bollos de sabores que decidió emprender para aprovechar la temporada de calor en la ciudad.
Nació con mielomeningocele, una malformación que se caracteriza porque la columna vertebral y el conducto raquídeo no cierran.
Abraham comenta que los médicos no le daban una esperanza de vida mayor a los siete años de edad, pero él ha demostrado que no siempre tiene que ser así y a pesar que quedó imposibilitado para caminar, ha logrado salir adelante por más de 30 años con la enfermedad.
«Todo se lo debo al de allá arriba, yo le agradezco que me permita estar aquí, porque los doctores les dijeron a mis papás que iba a vivir nada más unos cinco o seis años y míreme sigo aquí».
Uno de sus pasatiempos es navegar en internet en su celular y de ahí surgió la idea de vender los bollos y encontró las recetas para preparar los bollos de mazapán, galleta oreo, coco, mango y fresa.
Su mamá lo apoya en la elaboración de los bollos, ya que él mismo le insistió en venderlos afuera de su casa.
«Es un hombre de negocios, pues viene de familia de comerciantes, para él este es su trabajo, pues tiene su horario establecido para vender que es 10:00 de la mañana a 9:00 de la noche, aquí llega la gente a comprarle bollos y platican con él», dijo la mamá de Abraham.
Es muy sociable, le gusta que lo visiten para platicar y también cantar en el coro de la iglesia que es una de las actividades que más le dejan satisfacción, ya que le ayuda a sentirse más en contacto con su fe.
«Voy a la iglesia de Lourdes ahí participo en un coro, me gusta mucho porque es algo que me anima y yo tengo mucha fe en Dios, cuando no voy a la misa no me siento bien».
Para quien guste apoyar a Abraham comprando sus productos, pueden encontrarlo en el 27 Berriozábal y Mina, los bollos cuestan tan solo 5 pesos y están elaborados con mucha higiene e ingredientes de gran sabor y calidad.
SABÍAS QUÉ…
Los médicos no le daban una esperanza de vida mayor a los siete años de edad, pero él ha demostrado que no siempre tiene que ser así y a pesar que quedó imposibilitado para caminar, ha logrado salir adelante.