«Estados Unidos y más de 50 países consideran que ha llegado la hora de que Maduro deje el poder», dijo el secretario de Estado
Agencias
Moscú.- El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, aseguró este martes tras reunirse con su colega ruso, Serguéi Lavrov, que ya ha llegado la hora de que el líder chavista, Nicolás Maduro, abandone el poder.
«Estados Unidos y más de 50 países consideran que ha llegado la hora de que Maduro deje el poder», dijo Pompeo en una rueda de prensa conjunta con Lavrov en el balneario de Sochi, en el mar Negro.
Pompeo, cuyo país respalda al líder opositor Juan Guaidó, cree que Maduro debe renunciar para que «termine el sufrimiento del pueblo venezolano». Además, aseguró que Washington se opone terminantemente a que cualquier país se inmiscuya en los asuntos de Venezuela.
«Esperamos que el apoyo ruso a Maduro se termine», comentó, al tiempo que mencionó los grandes intereses económicos y energéticos rusos en Venezuela. Aseguró que la postura estadounidense es que sean los venezolanos los que elijan a sus dirigentes, aunque subrayó que el país latinoamericano debe ser una democracia.
Por su parte, Lavrov replicó que «no se puede instaurar una democracia por la fuerza». El ministro ruso acusó a EE. UU. y a Guaidó de recurrir continuamente a las amenazas de una posible intervención militar, lo que, en su opinión, «no tiene nada que ver con la democracia».
Lavrov también sostuvo que los diálogos con Pompeo «infunden cierto optimismo» sobre la mejora de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos. «Creo que es hora de comenzar a construir una nueva matriz, más constructiva y responsable de la percepción mutua de los problemas, y nosotros estamos preparados para ello», añadió.
El jefe de la diplomacia rusa explicó que Moscú entiende que en cada lado se han concentrado «sospechas y suspicacia», pero reiteró que Rusia y Estados Unidos no obtienen nada con ello.
«Por el contrario, el encarnizamiento mutuo aumenta los riesgos para nuestra y vuestra seguridad, y provoca alarma en toda la comunidad mundial», dijo Lavrov a Pompeo.
Según el ministro ruso, uno de los requisitos para afianzar los vínculos bilaterales es el «restablecimiento de un diálogo basado en la confianza en distintos niveles, desde el más alto hasta el de trabajo».
«Intentémoslo, veamos qué sale», convidó Lavrov al secretario de Estado. De forma similar, Pompeo expresó su agrado por la celebración de una segunda reunión en un lapso corto, y agregó que pronto tendrá la oportunidad de volver a conversar con él a finales de junio en el marco de la cumbre del G20 en la ciudad japonesa de Osaka.