El alcalde de Nuevo Laredo considera el exceso de indocumentados como “bomba de tiempo”.
La presencia de los migrantes en Nuevo Laredo se ha tornado ya en una “bomba de tiempo”, pues han rebasado la capacidad de prestación de atención haciéndose necesaria la asistencia de la Policía en algunos casos para poder controlarlos.
Enrique Rivas Cuéllar, alcalde de Nuevo Laredo, señaló que aquella ciudad fronteriza es la cual tiene el mayor número de migrantes con dos mil 300 de éstos censados en casas de ayuda. Pero estimó puede haber otros 400 en las calles los cuales no han sido registrados.
De los dos mil 300 migrantes de los cuales se conoce su nombre y nacionalidad mil 200 son de origen cubano, 400 procedentes de Africa y el resto de El Salvador, Guatemala, Honduras, Venezuela, Ecuador y otros países.
Indicó que la salud en algunas casas de ayuda a migrantes se ha tornado un problema, pues se han presentado casos de enfermedades diarréicas, gastrointestinales y gripe, entre otras.
Además ya se han registrado hechos de amotinamiento de en algunas de las casas, por lo cual se ha hecho necesaria la presencia de la Policía Estatal para controlar la situación.
Advirtió que de una crisis humanitaria se está pasando a una “bomba de tiempo”, pues son ya varias las ocasiones en las que los migrantes quieren llegar hasta el puente internacional e intentar entrar corriendo al vecino país del norte.
Insistió en que la situación de éstos se ha tornado ya una “bomba de tiempo”, la cual en cualquier momento puede estallar ante la falta de apoyo de parte del Gobierno Federal para atenderlos, en tanto que el gobierno de Estados Unidos ha hecho más rigurosos los requisitos para conceder visas humanitarias, a la vez que el procedimiento para ello se ha hecho lento.
