La SEP y Salud van por escuelas más saludables

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Implementan nueva estrategia para mejorar alimentación, peso y actividad física en los niños escolares.

Agencias

La Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Salud (Ssa) implementarán una nueva estrategia para mejorar la alimentación, el peso y la actividad física en los niños escolares, a fin de aumentar su rendimiento académico.
Se trata del programa Escuelas Saludables y Activas, que arrancará el próximo 26 de agosto, con el inicio del ciclo escolar 2019-2020, en las 250 mil primarias y secundarias públicas del País.
También se espera que se incorporen planteles privados, afirmó Jaqueline Guerra Olivares, directora de Análisis de la Secretaría Técnica de la Oficina del Secretario de Educación Pública.
Al participar en la Reunión Nacional de Alimentación y Desarrollo Comunitario del DIF, la funcionaria dijo que los profesores de educación básica ya recibieron capacitación para implementar esta estrategia.
Recordó que el Gobierno pasado lanzó en 2018 el programa Salud en tu escuela, pero sólo se implementó en 13 estados.
La nueva iniciativa, detalló, se basa en tres pilares: alimentación correcta, hidratación adecuada y actividad física, con el fin de disminuir la obesidad infantil.
En el primer rubro se pretende cumplir con no tener alimentos chatarra en las escuelas, reeducar a los niños para que sepan comer, y monitorear el peso y talla de los menores.
También se busca asegurar la disponibilidad de agua simple potable, cumplir con la instalación de bebedores escolares e incluir en los libros de texto contenidos relacionados con la hidratación adecuada.
Para mejorar la actividad física de los niños, además de brindarles, al menos, una hora de educación física a la semana, se plantea que realicen pausas activas de cinco minutos por cada 50 minutos de clase, para sumar 20 minutos al día, es decir, mover a los niños en el aula con ejercicios mentales y físicos sencillos.
De acuerdo con Guerra Olivares, las pausas activas tienen un beneficio adicional: permiten romper con la rutina en la labor escolar, activan la circulación, la oxigenación cerebral, la respiración, los músculos y aumentan la energía en los estudiantes.
Aseguró que, según 29 estudios científicos, esto permite que los alumnos estén más dispuestos a aprender, a recepcionar la información de las asignaturas y mejora su rendimiento en clases de español, aritmética y lenguaje.
«Los niños van a estar más atentos en la escuela, van a rendir mejor, van a estar más despiertos porque se van a oxigenar. Hasta a los maestros les vamos a reducir el estrés laboral, van a dar con más ganas la clase», dijo.
Recordó que los índices de obesidad infantil continúan elevados en el País, por lo que consideró necesarias estas acciones.
«El día de mañana no va a haber ningún presupuesto que podamos nosotros tener para combatir las enfermedades no transmisibles por esta causa», advirtió.